Restos de comida, hojas, cáscaras, yerba o café son algunos de los residuos que nos sirven como materia prima para hacer compost casero.
Se trata de un tipo de tierra lograda a base de desechos orgánicos, a partir del proceso de compostaje, en el cual microorganismos descomponen la materia orgánica hasta convertirla tierra.
Agregar este preparado al suelo ayuda a que la plantas dispongan de más y mejores nutrientes, ya que se consigue una buena fertilización del sustrato. Entonces además de estar reciclando residuos, se genera una alternativa mucho más respetuosa para el medio ambiente que la que se consigue con fertilizantes químicos.
Claves a tener en cuenta para fabricar compost casero
- Existen composteras de diversos tamaños. No es lo mismo abastecer una pequeña huerta que una plantación extensa. Si tenés poco espacio podés realizar tu propio contenedor a partir de un tacho de pintura de 20 litros. En este recipiente irás añadiendo la materia prima que, poco a poco, se transfromará en compost.
- El compost casero crecerá a partir de distintos tipos de materias primas: cáscaras de frutas, verduras o huevo, hierbas, café, etc. “La clave es en combinar el azúcar, la celulosa y el nitrógeno de los diferentes desechos orgánicos con el fin de preparar ese abono orgánico que, en esencia, es el compost casero”, asegura La Verdad Noticias.
- Una vez que se agregan los desechos al contenedor, se deben regar cada tanto y sin inundar la preparación. El abono necesita cierto grado de humedad para poder convertirse en fertilizante artesanal.
- Claves a tener en cuenta: 1) Intercalar capas alternas de húmedos y secos 2) ventilar periódicamente
- Si bien se puede realizar durante todo el año, debido a la temperatura el proceso será más rápido en verano y más lento en invierno.
- Un compostaje doméstico puede tardar unos nueves meses en estar listo, y a partir de esta primera cosecha, volver a utilizarse cada 3 o 4.