Todos sabemos que el ejercicio forma parte de las herramientas básicas que ayudan a mejorar nuestra calidad de vida y nuestra salud. No solo a nivel físico, sino también a nivel emocional porque ayuda a drenar energía estancada, a revitalizarnos y alivia tensiones mentales o pensamientos repetitivos y abrumadores.
Sin embargo, subirte a una cinta o hacer cuatro clases de Crossfit por semana, no significa que estés obteniendo todos los beneficios del deporte, ya que hay ciertos ajustes que debemos realizar para lograr obtener una mayor calidad deportiva, que se verá reflejada, de forma integral, en nuestra vida diaria.
Veamos de qué manera podemos intentar obtener un mayor beneficio de nuestras jornadas de ejercicio y cómo lograr que cada actividad se vuelva un momento de reconexión con nuestro cuerpo y con lo hoy que necesitamos para vivir mejor.
Establecer un propósito: Es ideal sumar una intención a nuestra jornada deportiva, estableciendo pequeños objetivos personales en cada caso. Puede ser algo sencillo como proponerte superar el tiempo que alcanzaste la semana anterior o intentar mejorar tu rendimiento, por ejemplo, sumando inclinación a tu tiempo de caminata en la cinta, para hacerlo un poco más desafiante. Esto ayuda a estar enfocado en lo que hacemos y evita que corramos mirando el celular o pensando en las compras de fin de semana.
Elegir el mejor horario: Si tu elección es realizar caminatas y ejercicios de tipo aeróbico, lo idea es realizarlos de mañana, en las primeras horas, ya que la mente está más serena en esos momentos y estas actividades no requieren de grandes esfuerzos, aprovechando que el cuerpo, en la mañana, aun no logra alcanzar una temperatura tan elevada y puedes ir entrenando en forma suave pero efectiva. Si en cambio, te interesa realizar actividades que fortalezcan tus músculos y tu fuerza, se recomienda realizarlos por la tarde, cuando el organismo ya ha alcanzó un nivel óptimo de actividad. Tené en cuenta que no se aconseja realizar ejercicios, pasadas las 21 o 22 hs, porque pudieran alterar el nivel de un buen dormir.
Escuchar el cuerpo: Parte de obtener un mejor rendimiento y calidad en tus ejercicios es aprender a no forzarte y para eso debes enfocarte en escuchar los mensajes de tu cuerpo. Esto lo logras dedicando, unos minutos diarios, a conectarte con lo que sientes, a través de relajaciones o de la práctica de Meditación. Abrazarte y activar tu percepción, también, ayuda a detectar cómo te estás sintiendo y qué necesitas.
Cada cuerpo se alinea a un enteramiento diferente: No te dejes llevar por las modas o por los gimnasios de tu barrio. Vos conocés tu cuerpo y pasás con él la cantidad de tiempo suficiente para saber qué actividades son las indicadas para vos. No tiene sentido sobrecargarte, porque parte de una actividad productiva pasa, también, por volverse un momento disfrutable (Siempre con desafíos pero armónicos para vos).
Hidratarte siempre: Por más técnica y compromiso que pongas a tu práctica, si tu organismo no se encuentra bien hidratado, perderás calidad deportiva y tu cuerpo no podrá responder a las metas y objetivos que le has puesto. Recuerda tomar la cantidad de agua necesaria y alimentarte en forma correcta antes y después del ejercicio. De a poco, alcanzarás nuevos niveles y sumarás calidad a tu entrenamiento y a tu salud integral.