“El amor no es sólo el sentimiento, es también la decisión diaria de invertir para que crezca la pareja”, nos dijo Carolina Navas, licenciada en psicología y especialista en Psicoterapia Zen, y nos pareció una frase muy linda para compartir en esta nota. Es que si hay algo que puso de manifiesto esta cuarentena, son los conflictos de convivencia (por contar con menos espacios personales). Pero tal como nos comentó Navas, es justamente en las diferencias donde podremos mirarnos y crecer. Te compartimos la entrevista, con muchas reflexiones, ideas y tips, que nos ayudarán a “barajar y dar de nuevo”, para potenciar el vínculo.
Caro, ¿Cómo creés que afectó la cuarentena a las parejas?
Creo que la cuarentena no es la responsable de cómo se despliega la pareja en esta situación, sino que se potenciaron cuestiones que tienen que ver con lo que la pareja venía siendo.
¿Cómo es eso?
Yo divido a las parejas en tres grupos:
- Parejas que ya venían en conflicto, incluso pensando en la separación: lo que escucho mucho en estos casos, es que necesitan herramientas para ver cómo atravesar este momento con la mayor tolerancia posible (sin saber qué sucederá cuando todo pase). Aquí lo bueno es trabajar para que se acompañen como personas, desde el amor y la gratitud por lo transitado; no pensando en el otro como pareja, sino como ser humano con el cual tenemos una historia de vida compartida. Desde ahí podrán llevar esta etapa mucho mejor y sin tanta exigencia o enojo.
- Parejas que ya venían con cimientos fuertes: son parejas que tuvieron que adecuarse a la cuarentena pero no les fue tan costoso porque justamente se encontraron con una serie de recursos internos que están pudiendo desplegar.
- Parejas que ya venían con cimientos fuertes pero que estaban como en piloto automático: son esas parejas que venían muy sumergidas en la rutina, y al tener tan poco tiempo se estaban olvidando de conectarse. Muchas de ellas están empezando a tomar un camino de evolución, saliendo de ese automático.
En todos los casos, hubo que reacomodarse, ¿no?
Sí. Sea como sea, esta cuarentena nos sacó de ese “hacer hacia afuera”, nos quitó el “estar tapados de actividades”, con lo cual nos quedamos “hacia adentro con el ser”. De ahí se desprende que la cuarentena potenció eso que veníamos siendo para bien y para mal a nivel pareja. En líneas generales, aumentaron las consultas para terapia, lo cual tiene dos lecturas: una habla de que hay más parejas en crisis. La segunda nos dice que hay más conciencia y ganas de resolver. El resultado va a depender de que cada vínculo tome esta crisis como una oportunidad o no. Sabiendo que la base para generar cambios, para poner la energía en ese espacio, es que haya amor, confianza y erotismo como tres pilares fundamentales.
¿Qué consejos podrías darnos, si queremos trabajar para fortalecer el vínculo?
Tengo varias ideas, y actividades:
- El frasco de los deseos: necesitan un frasco, y papelitos de colores diferentes (un color para cada uno). En esos papelitos escriben qué desean que el otro haga para sentirse más mimados. Por ejemplo: que cocine una semana, que saque la basura, que miremos una serie. Cuando uno de los dos quiere aumentar los mimos, puede tomar un papelito de los que escribió su compañero y cumplirle su deseo. Es una forma de sorprender en lo cotidiano, de manera espontánea, sin exigencias.
- Juego del “Volvería”: aprovechando que no podemos transitar socialmente los mismos espacios que antes, una propuesta puede ser -una vez que los hijos duerman-, anotar cada uno en un papel, 10 veces la frase “Te volvería a elegir como pareja por…”. Cuando está listo, se lo leemos al otro. Con este ejercicio reafirmamos por qué seguimos apostando a la pareja “aquí, ahora y así”, y nos sentimos amados.
- Caja del sexo: se trata de tener una caja con “vales canjeables”. En esos vales completamos “Vale por…” (proponemos acciones que sean canjeables). De esta forma, podemos expresar de manera explícita, aquello que a veces no nos animamos. También es una invitación a poner en marcha la creatividad.
- ¡Pido Gancho!: cuando éramos niños utilizábamos el “pido gancho” para poner una pausa. Con la pareja podemos usarlo cuando vemos que no estamos pudiendo empatizar en la comunicación. Hay ciertas pautas a tener en cuenta para lograr una comunicación asertiva, tales como: elegir un lugar y un momento para hablar, intentar que haya pasado el enojo, o no atacar.
A veces es muy difícil eso de “no atacar”. ¿Qué tip podrías darnos para reaccionar de manera distinta cuando algo no nos gusta?
Hay un ejercicio que es para trabajar el diálogo. En general, nosotros estamos acostumbrados a marcarle al otro lo que él/ella debería hacer, para sentirnos bien. Entonces empezamos las conversaciones con frases como: “¿Cómo no te vas a dar cuenta que eso me molesta con tantos años de convivencia?”. Y sin querer –o a veces queriendo- atacamos al otro y hacemos que esté preparado para defenderse en vez de dialogar. La clave es que empecemos por nosotros. Diciendo por ejemplo: “La verdad es que cuando sucede ‘x’ situación, yo me siento ‘de esta manera’”. Ahí estoy transmitiendo cómo me siento, y estoy dejando en el otro la posibilidad de cambio o no cambio. No es una exigencia, ni una forma de control, sino una manera de abrir los canales de comunicación.
¿Cómo ves este tiempo?
Para mí este tiempo es una invitación a recordar el principio de nuestra pareja , aquel momento donde todo era consciente: comprar un regalo, perfumarse, sorprender, una cena, hacernos el momento para dialogar, un mimo, escuchar desde el corazón, conectarnos sexualmente. Todas nuestras acciones eran realizadas con conciencia para alimentar el amor, y hasta en forma desinteresada.
¡Cuánto nos desconectamos!
Claro. Poco a poco perdimos esos detalles, nos desconectamos en el día a día, y el COVID nos puso de frente nuevamente. Por lo tanto, esta invitación a recordar no es con nostalgia, sino justamente para hacer concientes nuestras acciones del presente, para reconectar con nuestra pareja. Todo lo que estamos viviendo ES Y SERÁ un tiempo para construir con lo posible no con lo ideal: lo posible es armar una cena diferente en la misma casa, o hacer hincapié en cómo estamos dialogando por ejemplo.
¿Y bajar la exigencia no?
Claro. En lo posible dejar atrás la perfección que nos frustra (porque no existe), y trabajar por la excelencia que es dar lo mejor de nosotros. Afirmarnos en lo que el budismo llama “compasión”. Bajo esta mirada amorosa entendemos que ambos estamos haciendo lo mejor que podemos y si hay amor no hay conflicto que no tenga salida. Debemos tomar el conflicto como un espejo donde mirarnos, y en lugar de castigar o vengarnos, podemos sostener el alma del otro, entendiendo que a veces soy yo quien ayuda, y otras soy quien recibe esa ayuda. Eso es transformar la energía del enojo en un crecimiento.
¿Qué lugar tiene la palabra “aceptación” en todo esto para vos?
Para mí, entra perfecto. Porque todo esto es mucho más liviano, cuando podemos aceptar desde el corazón que somos seres reales, no ideales. Y que desde ser quienes somos nos elegimos para continuar la vida aquí, ahora y así: con nuestras virtudes pero también con nuestros defectos. Porque es en ese conjunto de virtudes y defectos donde se encuentra la magia de ser quienes somos. Y en definitiva, lo que hace que única a nuestra pareja.
Si pudieras resumir en cuatro tips, cuáles son los pilares para que una pareja funcione. ¿Qué dirías?
Para mí, lo más importante es que haya amor, pasión y un proyecto. Esto se construye desde los siguientes pilares:
- Responsabilidad emocional: quiere decir que es importante que cada uno se haga responsable de su propio estado. Más autocrítica y menos pedirle al otro que sea nuestra fuente de bienestar.
- Más mimos: de hecho hay un concepto que es la “mimoterapia” de Irene Orce, quien plantea que esas muestras de afecto son una fuente de energía vital. Más caricias al pasar, abrazos y besos inesperados, y menos hacer todo apurados.
- Escucha activa, buena comunicación: más momentos conscientes para tomar un café o una copa de vino con una pregunta simple: “¿Cómo estás?”. Y menos esperar a tener una cena o salida para que sea el momento de hablar.
- Ser detallistas: estar atentos a pequeños actos que alimentan el vínculo. Más creatividad menos “fiaca”.
¡GRACIAS CARO! Nos encantó. Para seguirla a Caro, pueden ver todo lo que sube a diario en su cuenta de IG, acá.