Nos encantan, nos sanan y nos energizan y por eso queremos compartirte las maneras más intuitivas y eficientes de elegir tus cristales.
Sueños y visiones: ¿Soñaste con cristales alguna vez? ¿Los viste en tus meditaciones? Hacele caso, siempre, a estas visiones. Soñar con un cristal es un mensaje de que necesitás trabajar con él o recibir parte de su energía o atributo. Cuando veas o sientas un cristal en tus sueños o meditaciones, buscá información acerca de sus características y vas a poder comprobar que trabajan aspectos que, precisamente, estabas necesitando ahora.
Dejando que él te elija: Muchas veces, cuando estamos frente a diferentes piedras y cristales, no sabemos muy bien por qué, pero hay alguno que nos atrae la mirada y la atención constantemente. Quizás no tenga la forma que eleigirías, quizás su color tampoco sea de tus favoritos y, sin embargo, no podés evitar mirarlo o sentir ganas de sostenerlo. Ese cristal te está eligiendo, te está llamando. No dudes, ni por un segundo, en trabajar con él.
Por sus características en función de lo que necesitás curar: En caso de tener plena consciencia acerca de aquello que querés o necesitas sanar ahora mismo en vos, en tu cuerpo o en tu vida en general, siempre podes consultar a un terapeuta especializado en gemoterapia o buscar información (Fijate que sean fuentes confiables) en guías o en Internet. Cada cristal aporta una energía particular y existen, también, lo que se llama “familia de cristales”. Elegí con mucho respeto y mucha intuición el que más se adecue a lo que querés lograr.
Extra tip: Siempre es positivo ubicar cristales de tamaño mediano o grande a lo largo de toda nuestra casa, manteniendo una vibración alta y limpia.