Aprender a sentirnos nos permite reconocer cuándo necesitamos reducir tareas, menguar estrés o realizar cambios en nuestra rutina diaria. Existen diferentes formas de comprobar nuestro estado interno y hoy te compartimos algunas para que puedas ponerlas en práctica:
Hacete tres preguntas:
Cómo estás respirando: Llevá tu atención a tu nariz, a tu garganta, a tu pecho y a tu abdomen. Verificá en forma consciente cómo estas respirando en este momento. Según tu estado actual podrás sentir que el aire ingresa en forma rápida y seguida (Esta respiración generalmente acompaña estados de ansiedad y nervios), si lo hace en forma pausada y serena (Generalmente, se da en momentos donde nos sentimos relajados y cómodos) o si el aire solo llega al pecho y no baja hacia el abdomen (Podemos estar sintiéndonos sofocados o ahogados por una persona o una situación). Intentemos cada día, dedicar unos minutos a comprobar el estado de nuestra energía a través de la respiración.
Cómo estás caminando: La manera de caminar habla mucho de nosotros y de cómo nos encontramos internamente en este momento. Llevemos la atención a los pies y a cómo apoyan sobre el suelo. ¿Los sentimos firmes? ¿Los sentimos inestables? ¿Caminamos con la frente alta o mirando hacia el suelo como si cargáramos un enorme peso en nuestras espaldas? ¿Nos sentimos determinados, libres o tambaleantes durante esta caminata? Aprender a leer nuestro cuerpo nos revela muchísima información sobre nuestro estado interno y nos ayuda a registrar cómo armonizarlo.
Cómo estás fluyendo: Otra forma de registrar nuestro estado emocional interior es realizar algunos ejercicios de estiramiento y elongación corporal. Llevando la atención a cómo reacciona nuestra cuerpo durante las posiciones, encontraremos si actualmente nos sentimos rígidos y resistiendo o si nos permitimos fluir y soltar nuestra musculatura. Ese mismo estado se refleja en nuestra mente y en nuestra postura emocional frente a los cambios. Dediquemos diez minutos a estirarnos y tomar conciencia de cuán importante es mantenernos flexibles con la vida.