Hoy queremos brindarles un espacio a ellos. Porque los niños son realmente sensibles y necesitamos tomar conciencia de cómo generar energía saludable a su alrededor. Hoy te compartimos algunos Tips para que puedas mejorar la energía en sus habitaciones.
Existen muchas opciones para elevar la energía y proteger las habitaciones de nuestros hijos, pero hay ciertas claves que resultan sencillas de aplicar y de máxima efectividad:
No sobrecargar: El primer paso a tener en cuenta es evitar amoblar demasiado o sobrecargar la habitación con exceso de motivos y dibujos. Por más tiernos que sean, no es necesario agregar tantos. Recordemos que todo nos impacta y cuanto más libre esté el ambiente, más fluirá la energía dentro de él.
La TV afuera: Todo tipo de artefacto eléctrico o electrónico debe permanecer, en lo posible, por fuera de la habitación. Es muy importante recordar cuánto afecta a nuestra vibración el contacto permanente con las ondas emitidas por estos aparatos. Además, al estar por fuera y ubicados en un ambiente social (Un comedor, por ejemplo) podremos observar y regular su uso en forma más efectiva)
Iluminación Natural: Intenta que la habitación reciba luz solar. Más allá de disponer lindas luminarias (De tonalidad cálida para que los niños se sientan a gusto y no invadidos) recuerda abrir las ventanas y correr las cortinas para que reciban la energía del sol. Enséñales sus beneficios.
Una cosa no es la otra: En lo posible, evita compartir el cuarto del bebé con otra área de la casa, como por ejemplo un escritorio. Ya que allí, generalmente, dispondrás tu computadora y tus agendas. Digamos que no es lo ideal, a la hora de pensar elementos para rodear a un recién nacido. Si no tienes otra opción, puedes solucionarlo aplicando una Orgonita grande que lo proteja de las ondas electromagnéticas o una linda Lámpara de sal.
Plus de lavanda: Puedes crear tú mismo un spray natural de Lavanda y rociar el aire dos veces al día. Esta esencia no solo es limpiadora sino que, además, promueve la sana relajación y les ayudará a dormir mejor, por las noches.
Preguntar no cuesta nada: Algo fundamental es que, a medida que vayan creciendo, los tengamos más en cuenta. Ellos saben qué les gusta y qué no, qué les da miedo o qué les divierte. Preguntarles es un gran ejercicio de comunicación con nuestros hijos. Sugiéreles qué cosas cambiarían en su cuarto, si hay algo que quisieran retirar o sumar a su habitación y escúchalos comprensivamente. Ellos siempre nos aportan respuestas sinceras.