Como te contamos la semana anterior, estamos iniciando un nuevo signo zodiacal y su energía nos trae nuevas enseñanzas y desafíos. Cáncer es el signo vigente y su maestría está relacionada con volvernos a la esencia, con recordarnos cómo cuidarnos y nutrirnos a nosotros mismos y a los demás.
Se trata de un momento muy emocional, en el cual es normal sentirnos un tanto movilizadas o con más sentimientos en la superficie de la piel. La gran energía femenina está activada y nos impulsa, principalmente a trabajar y sanar los siguientes aspectos:
Honrar mi lugar en mi hogar (Darme lo que necesito, nutrirme bien, acondicionar mi casa)
Soltar viejos apegos familiares y emociones heredadas del pasado que aun dominan nuestro mundo en el presente. (Revisar patrones que se repiten de generación en generación en nuestra familia, sobre todo a través del linaje femenino)
Trabajar diariamente para reconciliarnos con nosotras mismas (Cáncer conlleva la gran energía femenina, es la madre, la hija, la hermana, la guardiana, la protectora y la curadora, todo al mismo tiempo)
Entender que ser fuertes no es ser rígidas, que ser estables no significa no ser sensibles, que ser abundantes no simboliza excedernos en la auto-exigencia de lograrlo todo.
Utilizá este mes, entonces, para recordar que el poder de la energía femenina reside precisamente en la fertilidad y la apertura para recibir y crear algo nuevo, algo que transforme la realidad, aportando belleza, maestría y más amor.
Honrá tus dones y cultivá tu intuición y tu descanso… Dos aspectos importantes que nos encantan de la energía canceriana.