Desintoxicarnos no solo tiene que ver con comer sano o practicar ayunos. Una verdadera limpieza debe incluir la purificación de diferentes aspectos de nuestra vida, para que sea realmente eficiente y experimentemos sus beneficios. Veamos qué áreas personales necesitan Detox:
Pensamientos: Esta es una de las claves para una verdadera desintoxicación. Cada uno de nuestros pensamientos emite una energía dentro y fuera de nosotros. ¿Qué clase vibración creés que puedo tener si paso el día enroscando la mente en aquello que me da miedo, en lo que me molesta, en lo que no tengo o en lo que hacen y dejan de hacer los demás? Sí a pensar positivo, sí a pensar que vos podés y sí a pensar desde el bien y la libertad, saliendo del miedo y del control.
Emociones enviciadas: Nuestro campo emocional también necesita ser depurado, ya que hay momentos en los que “nos acostumbramos a sentir” y vivenciar determinadas situaciones. Por ejemplo, me acostumbro a sentirme desganada o víctima de los demás. Todo “me lo hacen”, todo es “culpa de ellos”, todo es porque “tengo mala suerte”. Te sugiero que te tomes una semana para observar sin juzgarte cuáles son tus patrones emocionales que deberías transmutar y luego comenzar tu détox.
Relaciones que drenan nuestra vitalidad: Hay personas que te hacen sentir entusiasmado, inspirado con ganas de activar cambios en tu vida, después de haberlas encontrado. Hay otras que te dejan desvitalizado, de mal humor y hasta con dolor de cabeza. Revisemos bien qué nos aportan las relaciones y cómo nos hacen sentir con nosotros mismos.
Todos esos aspectos te nutren o te desnutren al igual que las comidas. Por eso, además de una dieta saludable y lo más orgánica posible necesitamos tamizar y purificar nuestro entorno diario. De nada sirve hacer un retiro de jugos verdes si al volver a casa me rodeo de relaciones dañinas o pensamientos rumiantes que me dejan tirada y sin sonrisa.