Los niños están cambiando. Los padres también. Resulta urgente adaptarnos a las nuevas generaciones que parecieran demandar de nosotros una gran expansión de conciencia que nos habilite a ver a los niños como lo que verdaderamente son: Grandes Maestros y portadores de sabiduría.

Y como  todos nos estamos buscando, también tenemos que activar esa búsqueda en nuestros propios hijos, animándonos a ahondar más en sus personalidades, en su manera de refugiarse, en aquello que necesitan y, tal vez, aún no saben cómo pedirlo.

Desde la Astrología podemos acceder a un descubrimiento profundo, ya que a  través del estudio de la posición de los astros al momento de nuestro nacimiento, es posible determinar nuestra configuración energética completa, accediendo al nivel mental, emocional y físico.

Si bien, es mucho más conocido el uso de la Carta Natal en adultos, es posible realizarla en personas de todas las edades y, por supuesto, también en niños. En este último caso, el análisis astral (O Carta Natal) se convierte en una gran herramienta para padres y educadores, facilitando y expandiendo el conocimiento de sus hijos.

Al igual que la de los adultos, esta Carta  se realizará en forma personalizada a partir de la fecha, hora y lugar de nacimiento del niño y demarcará aspectos importantes de su personalidad y configuración emocional y energética.

¿Por qué es importante para los padres?

Porque a través de la carta natal del niño, podremos acceder a su información esencial permitiendo comprender mejor su forma de comunicarse, sus talentos naturales, su potencial a desarrollar, qué vínculos necesita para nutrirse, qué aspectos tenderán a desarrollarse bajo tensión y cómo nivelarlos. A través de este informe, además,  nos acercaremos a entender su manera de estar en el mundo, ya que ha venido con un propósito y un aprendizaje.

La Carta Natal servirá, entonces, como un puente entre padres e hijos y permitirá acceder a nuevas vías de contacto, a mejorar la compresión y a ver más claramente cómo relacionarnos con nuestros hijos para proteger su evolución.