Nuestros centros principales de energía (chakras) portan una sabiduría especial y cada uno de ellos nos entrega el poder de un derecho personal. Para activarlos, podemos meditar en el chakra correspondiente, visualizando cómo sanamos esa área de nuestra vida.
Siete chakras: Siete Derechos
Primer chakra: Derecho a tener. Este centro nos conecta con las necesidades básicas de supervivencia, nos relaciona con el derecho a una alimentación sana y nutritiva, nuestro derecho a vivir en un entorno agradable y limpio, nuestro derecho a la salud y a la protección. Pero también nos conecta con nuestra auto valoración, con la seguridad sobre nosotros mismos y nuestras capacidades. Que nadie nos haga sentir que no valemos lo suficiente o que no podemos cumplir nuestros sueños. Entonces, revisemos cómo nos manejamos con estas temáticas y, si es necesario, trabajemos para armonizarlas.
Segundo Chaka: Derecho a Sentir. Aquí nos ponemos en contacto con la libertad de expresar nuestros sentimientos, evitando reprimirlos o llevarlos hacia la sombra de nosotros mismos. Por eso, es muy importante trabajar siempre en el autoconocimiento y en llevar luz hacia nuestras partes más inconscientes o negadas. Que nadie nos obligue a esconder lo que sentimos. Una manera muy eficaz de trabajar este derecho es a través de talleres de expresión artística como el dibujo libre, el teatro, la danza y todos aquellos que nos permitan canalizar nuestras emociones y liberarlas con cariño y no con rechazo.
Tercer Chakra: Derecho a Obrar. Todos y cada uno de nosotros cuenta con la posibilidad de actuar, de ser el protagonista de su propia vida. Por eso, resulta indispensable evitar tácticas de sometimiento o de ciega obediencia. Portamos el derecho a elegir con corazón. Seamos los diseñadores de nuestro propio camino, respetando siempre el de los demás, pero siendo fieles a nuestras búsquedas personales. Desde nuestro poder interno, podemos transformar y crear la realidad para cumplir nuestros propósitos.
Cuarto Chakra: Derecho a Amar y ser Amado. Por estar en la Tierra, poseemos el derecho de amar nuestra vida, nuestros espacios, una relación, una amistad, una profesión, una cultura. Revisar la relación con el rechazo, con las diferencias raciales, con los prejuicios que, mentalmente, invertimos sobre los demás. No podemos desvalorizar este derecho tan grande en el otro, como no podemos hacerlo en nosotros mismos. Abrazar la llegada del amor en cada uno de los seres de esta tierra es la mejor medicina a la que podemos volcarnos.
Quinto Chakra: Derecho a decir y a obtener la Verdad. Expresar nuestra palabra en forma impecable, es decir, alineándola a nuestros sentimientos y a nuestras acciones, evitando herir o dañar a otros, siendo respetuosos de nosotros mismos y de todos los demás. Siempre tendremos el derecho a compartir nuestra verdad. Y del mismo modo, siempre tendremos el derecho de exigir que se nos entregue información genuina. Si ya somos padres, enfoquémonos en no reprimir aquello que los niños cuentan o preguntan. Encontremos la mejor manera y la más bella que podamos para comunicarnos.
Sexto Chakra: Derecho a Ver. Cuando creemos haber visto algo o activamos nuestra intuición en el camino, es importante proteger eso que hemos visto o captado. Aunque no encontremos palabras para describirlo o contarlo, démosle crédito a nuestras percepciones y a nuestros sentidos. Que nadie nos haga creer que no es verídico o que lo hemos inventado. Con sentido común y confianza en nuestras intuiciones, reactivemos el contacto sensorial con el Universo.
Séptimo Chakra: Derecho a Saber. Este chakra nos conecta con nuestra fuente de conocimiento superior, con nuestra libertad espiritual para ahondar y desarrollarnos en nuestra vida, bajo el camino que más se alinea con nuestras necesidades. Que nadie nos imponga o nos prive de nuestro derecho al conocimiento. Del mismo modo, entreguemos la libertad a quienes nos rodean para contactarse con las filosofías que crean necesarias. Expandamos nuestra conciencia conectándonos con nuestra maestría personal y estando abiertos y perceptivos a nuestros Guías. El Universo nos habla tantas maneras, sólo tenemos que aprender a escuchar con todo nuestro ser, sin limitarnos a nuestros oídos, a nuestras manos o a nuestros ojos.