Si estás buscando una manera natural y no invasiva de armonizar las energías de tu bebé, atendiendo su cuerpito pequeño pero de gran sensibilidad, te recomendamos la aplicación de Reiki. Una experiencia de amor y armonía que podrás compartir con él, incluso, durante su gestación y el momento del parto.
Este sistema de curación y armonización trabaja y actúa sobre todos los niveles del Ser, atendiendo el campo físico (El cuerpo), el campo mental (Los pensamientos, los sueños) y el Emocional, (Los sentimientos).
Los niños, a pesar de ser tan pequeños, conllevan una gran permeabilidad que los vuelve muy sensibles a todo aquello que los rodea. Por eso, un pequeño ruido o una modificación que, a nuestro entender, resulta insignificante, les provoca enormes conflictos o llantos que son difíciles de detener y, muchas veces, no comprendemos bien por qué están tan angustiados.
Sea su entorno familiar, su habitación, los lugares a los cuales los llevamos porque no podemos o no tenemos con quién dejarlos, los niños están constantemente interactuando con todas las energías que se mueven a nuestro alrededor. Por eso, hoy te compartimos las bondades y beneficios que puedes obtener a través de unas sesiones de Reiki y, además, promover un momento de amor y conexión entre los padres y los hijos.
- Reiki no tiene contraindicaciones y, además, complementa y fortalece cualquier otro tratamiento que estemos realizando en nuestros niños.
- Al enviar energía a través de las palmas de las manos, Reiki entrega a los niños una sensación de mucha calma, contención y tranquilidad que puedes utilizar en momentos de llanto o angustia.
- Armoniza el sueño y puedes asistirlo en esas noches en las que se le dificulte dormir o tenga pesadillas y sienta temor.
- Reiki fortalece su sistema inmunológico protegiéndolo y elevando sus energías para que se sienta fuerte frente al entorno.
- Activa y potencia su capacidad de recepción e intuición. Como ya sabemos, los niños al no estar influenciados por prejuicios o mandatos sociales, son mucho más perceptivos y están muy conectados a su corazón. Con Reiki les ayudas a mantener esta sintonía lo largo del tiempo.
- Puedes utilizarlo para bajar la fiebre, dándole calma y calorcito a través de tus manos que lo harán sentir contenido y fuerte. Del mismo modo, puedes utilizarlo en momentos críticos como la salida de sus dientes, los primeros cólicos y toda aquella situación que al niño le resulte traumática: Una mudanza, un hermanito que llega cuando él todavía es muy pequeño y todas las modificaciones familiares que puedan afectarlo.
Confía en Reiki para tratar a tus niños y recuerda que si bien puedes acudir a Maestros y profesionales de esta práctica, lo más sanador es que sus mismos padres se inicien y puedan darle Reiki ellos mismos, en su hogar. Los niños reconocen, muy tempranamente, la energía de sus padres, por lo tanto, recibir esta curación a través de sus manos, los hará sentir muy a gusto y contenidos. Reiki es una experiencia amorosa y curativa. Simple y eficaz que no invade ni genera interferencias en el cuerpo. Todo lo contrario, al ser Natural, potencia y reactiva las capacidades de auto curación que todos conllevamos en nuestro interior.