Mucho más efectivo que cualquier técnica estética, es sanar la relación con nuestro propio cuerpo y animarnos a vivirlo en plenitud. Hoy nos amamos y activamos nuestra máxima belleza:
Tratalo con amor: Al menos por hoy, intentemos mirar y sentir nuestro cuerpo sin remarcar los defectos o aquello que no nos gusta tanto. Hoy miremos con otra consciencia, cambiemos el espejo. Vivenciemos nuestro cuerpo y digamos en voz alta aquello que nos encanta de nosotras, aquello que nos hace sentir seguras y nos conecta con nuestra esencia. Hoy demos gracias por tener este cuerpo que nos permite vivir esta experiencia.
Mimalo y sentilo: Todos tenemos ciertos aromas preferidos, texturas que disfrutamos, cremas que nos hacen re-conectar con nuestra percepción y nos ayudan a relajarnos. Hoy, intentá dedicar un momento a mimar tu cuerpo nutriéndolo a través de tus sentidos. Masajes, exfoliación, cremas que te gusten y fragancias que te conecten con imágenes positivas. La belleza se siente.
Compartilo con alguien que te haga bien: Esto también es cuidarte. Elijamos con consciencia con quién compartir nuestra energía, nuestro tiempo y nuestro cuerpo. Dediquemos los sentidos a instancias que nos hagan sentir plenas.