Conocer la energía astrológica del mes siempre te permite alinearte a ella y optimizar tus objetivos personales durante ese ciclo. Hoy te contamos que este mes es precisamente para dedicarte a lo que más te nutre:
El mes de agosto transcurre casi en su totalidad vibrando la energía del signo de Leo. Este signo es el encargado de conectarnos y recordarnos la energía del corazón. Trabaja directamente activando nuestra expresión de la esencia personal, potencia la creatividad y la búsqueda de aquello que nos permite irradiar lo que somos de manera única. Buscamos diferenciarnos desde nuestros dones y aquello que sentimos que nos hace “ser nosotros mismos”.
Entonces, el principal trabajo que tenemos durante este ciclo es revisar cuáles son esas características personales que te hacen sentir especial, único. Esas que te enorgullece tener y quisieras compartir con todos los que te rodean. Pasar tiempo en actividades que nos hacen sentir creativos, originales, motivados y divertidos es ideal durante este mes. Porque es un tiempo para expresar lo que nos gusta de nosotros y verificar siempre si se corresponde con lo que queremos atraer.
Como estamos más conectados a lo que queremos ser y buscar, entonces, naturalmente estamos más radiantes, con magnetismo y súper atractivos. Es el mes de las conquistas, los romances creativos, los amores pasionales. Los sentidos, la sensualidad y las ganas de no limitarnos son ideales para sanar nuestro lugar en el amor y en las relaciones.
Cerca del 20 de este mes, llega una nueva energía solar correspondiente al signo de Virgo. Si bien su vibración representa al elemento tierra y pareciera que viene a volver más rígido el mundo, en realidad no lo es. Virgo es el signo del servicio, las funciones, el nuevo orden, la salud y la purificación.
Entonces, habiendo pasado por Leo en donde activamos y descubrimos aquello que realmente queremos ser, sentir e irradiar, ahora en Virgo tenemos la energía y la claridad disponible para establecer una nueva forma en nuestra vida que sea más afín a eso que hemos descubierto que nos gusta y nos nutre tan bien.
Por eso, es ideal para dejar ir creencias limitantes, hábitos poco felices con nosotros mismos, abandonar una alimentación deficiente que disminuya nuestra energía y hacer todo tipo de limpieza para que finalmente podamos rodearnos más de lo que nos hace bien y menos de aquello que nos desvitaliza o nos entristece.