Nuestros Dones nos conectan con nuestra esencia única. Nos inspiran, nos enlazan con la belleza. Nos alegran el día. Porque se nuestra potencia, de herramientas para realizar nuestra misión.
Desconocerlas, puede llevarte a distraerte de tu verdadero camino, a evadir tus necesidades más profundas en pos de generar abundancia en áreas que, tal vez, en el fondo no son las que realmente deseas activar.
Vamos a trabajar, entonces, para generar conciencia de esta situación internamente.
Elige un espacio en donde puedas estar cómoda y silenciosamente conectada contigo misma, sin interrupciones. Si es posible, apaga tus teléfonos para que no suenen durante el ejercicio.
Comienza a respirar suave pero profundamente, llevando todo el aire al abdomen, registrando conscientemente el viaje de la energía a través de cada inhalación y exhalación. Cierra los ojos sin apretarlos y lleva toda tu atención hacia adentro de ti misma.
Ahora pregúntate internamente:
- ¿Cuáles son mis dones, esas áreas que traigo mayormente desarrolladas?
- ¿Qué aporte puedo realizar a través de ellos?
- ¿Los estoy usando, actualmente, de manera activa?
- ¿Qué resultado me ha dado actuar a través de ellos?
- ¿Qué resultado me ha dado no prestarles atención?
- ¿Agradezco mis dones y habilidades?
- ¿En qué áreas soy abundante? (Familia, amistad, pareja, dinero, talento artístico, sensibilidad, organización, etc.)
- ¿Qué significa, para mí, la abundancia?
Una vez que te hayas respondido estas preguntas, toma tiempo para analizar las respuestas desde tu corazón.
- ¿Sabías que pensabas eso de vos misma?
En los próximos días intenta armar tus trabajos en base a tus puntos fuertes y decídete a vibrar desde la abundancia, por ejemplo, puedes comenzar tus mañanas dedicando un momento a agradecer por cada uno de los dones que te han sigo entregados.