En este Universo todo está inter-conectado, cada acción afecta a la otra. Entonces, hoy queremos recordar que lo más importante de tu espiritualidad es que no quede al margen o como un paréntesis de tu vida personal sino que puedas activarla integrándola como parte de tu cotidianidad. Sagrado no significa secreto:
Cada uno de nosotros encontrará su manera de conectar con lo que siente sagrado. Puede ser estando un momento diario en la naturaleza o rezándole a ella para agradecer o solicitar asistencia, otros prefieren dedicar un espacio en sus casas creando un pequeño altar en el cual curarse, conectarse con ellos mismos y con la energía que sientan como superior o sabia.
Cuando entendemos que cada instancia en el presente tiene su parte sagrada, su plan dentro de nuestra vida, podemos sentir agradecimiento, conexión, presencia. Agradecer la comida es espiritualidad, pero también lo es el intentar traernos al presente abandonando el anclaje al pasado y el pánico al futuro.
Nuestra espiritualidad se vuelve cotidiana, cuando estemos dónde estemos, podemos ser conscientes de que hay algo más grande que nosotros mismos, un gran misterio, una gran inter-conexión entre todas las cosas a la cual podemos honrar, pedir, intuir.
Un rezo, un momento para aquietarte, una meditación con cristales se vuelven altamente vibracionales para nosotros, pero también, el estar cerca de las plantas, el contemplar el agua, sentir el sol. Lo más simple es lo más espiritual y no tenemos que forzarlo, sino simplemente dejarlo ser en nosotros.
Te invito a que hoy, tal vez ahora mismo, te sientas tal cual y cómo estás en este momento. Respires y te presencies. Observes algo a tu alrededor que tal vez estaba esperando allí para maravillarte.