El estado de nuestra mente, condiciona nuestra salud física y emocional, por eso, hoy te compartimos algunas claves a tener en cuenta a la hora de buscar serenarnos y armonizar nuestra energía:
Obsesionarte con la calma, no te suma: Es igual que cuando te digo, no corras para llegar a Yoga. Esto es lo mismo y funciona igual: No hay manera de obtener calma interior si nos excedemos en su búsqueda, si pensamos constantemente en lo que nos agrega o nos quita serenidad. La calma tiene que llegar naturalmente, gradualmente y en forma espontánea, porque ese es nuestro estado esencial. Si bien necesitamos de la práctica y el entrenamiento para volver a recordar cómo cultivarla, estemos atentos a no obsesionarnos ni convertirla en una nueva causa de estrés.
Tratar de encontrarle una razón lógica a todo: Esta es una de las más comunes y a todos nos atrapa cada tanto. Cuando caemos en la modalidad de procesar toda nuestra vida (Léase situaciones, relaciones, lo que él dijo, lo que yo no dije, lo que ella me quiso decir y todos los etcéteras que nos podamos imaginar) intentando encontrarle una causa o comprensión racional, drenamos automáticamente enormes cantidades de nuestra energía mental y nos desvitalizamos olvidando que hagamos el esfuerzo que hagamos, siempre habrá situaciones y experiencias a las que no podremos comprender. El Universo es mucho más grande, mucho más misterioso de lo que somos, apenas, capaces de imaginar. Confiar un poco más, a veces, puede ser la forma más sana de relacionarnos con la vida.
La falta de Ejercicio: Del tipo que sea, el entrenamiento físico nos ayuda, no solo corporalmente, sino también a mantener nuestra energía mental más armonizada y estable. Al ejercitamos evitamos acumular tensiones y nos ayuda a soltar pensamientos negativos y preocupaciones. Dedicar, al menos, treinta minutos diarios a ejercitar nuestro cuerpo nos concede beneficios en forma integral y nos aporta mayor armonía interior.