Hoy es un buen día para no tratar de cambiarte. Para soltar la auto exigencia y brindarte un paréntesis, un comodín. Hoy podés elegir verte y abrazarte tal cuál sos ahora mismo y aceptarte con esas instancias de vos que te gustan y con las que no te gustan tanto. Hoy nos damos el permiso de Ser con el corazón abierto.
¿Qué es lo que más te gustaría de vos mismo si te conocieras hoy? Preguntate y sé sincero al responder. Date el amor que buscás que te den los demás, honrá lo que aprendiste y lo que vas a aprender, tu lugar es muy importante y por eso estás acá. Tenés algo para compartirnos, algo para enseñarnos, algo que tus ojos ven y los míos no. Aceptarte es darte el permiso de presenciarte, de Ser desde la esencia y compartirte con la vida.
¿Qué te animás a vivir ahora que ayer no te dejaste sentir? Puede que mucho de lo que no nos llega, esté relacionado con lo que no nos permitimos. ¿Te asumís cansado alguna vez? ¿Te permitís comer lo que más te gusta simplemente porque hoy tenés ganas de hacerlo? ¿Por qué no vas a poder decir que “no” a una invitación o propuesta ajena?
Trabajar sobre la culpa y las restricciones excesivas nos ayuda a iluminarnos, nos revela y activa una enorme cantidad de energía con potencial para transformarnos, para amarnos de verdad, para vivir con el Alma en los pies y avanzar hasta la mejor versión de nosotros mismos. Esa que podemos comprender justo en este instante, esa que podemos ser hoy. ¿Qué te gustaría permitirte ahora?
Bailamos, amamos, lloramos, nos enojamos, nos abrimos, nos escondemos, nos enjuagamos el dolor y cuando estamos listos, volvemos al camino. No hay nada de malo en permitirnos un estado sin tanto brillo o perfección. Vinimos a buscarnos y solo cuando Somos desde la esencia, nuestro corazón puede reconocer lo que necesitamos para vivir mejor.