Como mujeres sabemos que nos conforman los momentos, los cambios. Afuera, la vida también cicla, también empieza y termina para volver a empezar. Hoy queremos recordar la medicina y la fluidez que llegan a nosotros cuando dejamos de resistirnos al cambio y a lo que viene.
Aceptar los cambios te libera: Cuando nos permitimos cerrar historias, aceptar lo nuevo y confiar en que la vida se forma por etapas, por momentos, por ciclos, dejamos ir una gran tensión que generábamos en contra de nuestros propios procesos personales. Nos liberamos de luchar contra lo que cambia, que en definitiva, es casi todo en el Universo.
Aceptar los ritmos y las variaciones a nuestro alrededor y en nosotras mismas, nos agranda el corazón y la mente, aportando perspectiva e innovación. Nos predispone mucho mejor y con voluntad para transformarnos a cada momento, buscando lo mejor en nosotros y a nuestro alrededor. Tal vez, a lo único que deberíamos aferrarnos es a la libertad.
Duplica tu energía disponible: Porque toda esa potencia que gastabas y orientabas a resistirte a tus propios procesos y cambios, ahora está disponible para que fluyas, para flexibilizar y encontrar una nueva mirada sobre vos mismas. Hay momentos en donde todo nos indica y nos señala que es tiempo de nacer de nuevo, de dar a luz una nueva versión de nosotras y para con los demás. Buscá inspirarte y leer los mensajes que llegan a través de cada cambio que te toca transitar.
Date tiempo, dale tiempo. Dicen que hay un momento perfecto para cada instancia, para cada vida. Co-creá tus sueños y seguí soñando siempre con la voluntad y el compromiso de materializar lo que te haga más feliz, lo que te haga sentir bien y en belleza con aquello que te esté rodeando.