Hay días que estamos “arriba”, y otros que caemos en picada. Nos angustiamos. Nos estresamos. Agradecemos estar sanos. Tenemos miedo. Somos optimistas (y a veces no tanto). Por eso, en este contexto de tanto cambio, es fundamental que aprendamos a incorporar la educación emocional a nuestra vida. Para eso, hablamos con Gaby Hostnik, especialista en Inteligencia Emocional y facilitadora de procesos de transformación, y nos contó por qué es tan importante darle lugar a lo que sentimos. Empezá a tomar nota:
Gaby, ¿Qué creés que nos está dejando la pandemia en lo que respecta a las emociones?
Si hay algo bueno que nos trajo esta pandemia, es que todos estamos más conscientes de nuestros estados emocionales, buscamos espacios y personas para expresar lo que nos pasa, y herramientas para gestionar lo que vivimos y sentimos.
¿Y eso nos resulta fácil?
Claramente no estamos acostumbrados a pasar tanto tiempo con nuestros pensamientos y sentimientos. Pero ya no podemos ir más escindidos por la vida. Tenemos que lograr que nuestro mundo racional y emocional vayan de la mano. Aunque a veces cueste creerlo, somos seres emocionales. A mí me gusta decir que ahora tenemos “permiso para sentir”. Volver a nosotros a repensarnos, a nuestra interioridad, preguntarnos: ¿Quiénes somos? ¿Qué sentimos? ¿Qué podemos hacer para tener más bienestar físico, mental y emocional?
¿Por qué ahora y no antes de la cuarentena?
Muchas de nuestras certezas se desvanecieron. Vivíamos más en piloto automático, en un mundo que pensábamos que controlábamos; donde había más previsibilidad, donde se podían hacer planes a futuro, donde se podía hablar de largo plazo. Y si bien la incertidumbre siempre estuvo presente en nuestras vidas, hoy vivimos un elevado grado de incerteza y no sabemos a ciencia cierta cómo será el futuro. Por lo tanto, aparecen más a menudo emociones como el miedo, la ansiedad, la vulnerabilidad, el enojo, la inquietud, etc. Y no sabemos cómo gestionarlas.
¿Y qué es lo primero que recomendás hacer con las emociones que van surgiendo?
Un aspecto importante de las emociones es identificarlas y ponerles nombre. Cuando somos capaces de identificar y comprender las emociones, nos vamos a sentir más seguros y capaces de relacionarnos con otras personas. Está bien sentir miedo, frustración, ansiedad, inquietud, tristeza, fastidio o estrés, en estos tiempos inciertos. También es importante poder reconocer y tomar conciencia de lo que sentimos, para acortar aquellas emociones que no son facilitadoras de nuestro bienestar. Y así poder conectar, con lo que sí nos hace bien.
¿Cómo sería eso?
Todos vamos a precisar entrenarnos en competencias emocionales para comunicar mejor nuestros sentimientos, los estados emocionales, crear climas emocionales saludables y lograr un mayor bienestar para nosotros y para los demás. Así como vamos a los gimnasios y hacemos actividades físicas o recreativas, vamos a tener que dedicarle tiempo a entender nuestro universo emocional, a entrenar nuestro cerebro. Para mantener un buen nivel de salud emocional necesitamos entrenarnos.
La otra vez leí una frase que decía que “somos lo que repetimos una y otra vez”…
María Navarrete Fa, mi profesora de Maestría de Educación Emocional y Bienestar de la Universidad de Barcelona, que es pionera en Cataluña en hacer realidad el gimnasio emocional, dice siempre: “Tu acabas siendo lo que entrenas en la vida”. Con esto quiere decir que si queremos mejorar, cambiar y transformarnos, tendremos que entrenarnos. Y en esto primero hay que aprender, tener conciencia, compromiso y mucha constancia.
¿Nos das una idea de qué podríamos empezar a hacer hoy mismo desde casa?
Algo simple. Cuando nos levantamos a la mañana, preguntarnos cómo nos sentimos. Tener un diario emocional cerca, y escribir sobre eso. Esta práctica nos ayuda mucho a expresarnos, es terapéutica. Otra idea puede ser por la noche revisar alguna acción, conversación o hecho, que no hayamos gestionado bien. Y preguntarnos: ¿Qué me paso? ¿Cómo gestionaría esa situación si la viviera de nuevo?
Me gustaría que amplíes algo que leí en tu IG, donde decís: “Ante la adversidad, creatividad”.
La idea es que podamos tomar a la incertidumbre como una oportunidad para crear y generar cosas nuevas. Que la creatividad vaya de la mano de la lógica, para que no sólo queden “ideas”. Que nos habilitemos a ser curiosos, y que éste no sea un concepto solamente ligado a lo artístico o al mundo emprendedor; uno puede ser creativo en su vida cotidiana. Precisamos saber que la búsqueda de la perfección, el qué dirán, o la búsqueda de tener todo en claro, pueden ser inhibidores de nuestra creatividad. Tenemos que ser flexibles para buscar nuevas maneras, caminos y posibilidades. A todos nos gusta aprender generalmente, pero lo que más nos cuesta es desprender, salir de lo conocido.
¿Un mensaje final que quieras dejarnos?
Es muy importante saber que todas las emociones tienen una función, que es ayudarnos a adaptarnos mejor al contexto. Por eso no hay emociones buenas ni malas. La clave es lo que hacemos con ellas. Sentir miedo, tristeza, vulnerabilidad o enojo en estos tiempos es ineludible, normal y humano. La clave es reconocerlo y poder gestionarlo. Hasta hace unos años, la inteligencia que se medía en los test para considerar el nivel de inteligencia, era la lógica matemática y la lingüística. Hoy sabemos que hay muchas otras inteligencias que entran en juego y la emocional está tomando cada vez mayor relevancia.
Si te gustó el tema, te contamos que Gaby dará este sábado 13 de Junio el Taller Emocionalmente Inteligentes, y todos los domingos a las 11 hace vivos sobre Gimnasia Emocional.
Podés consultar todo en su IG o web: http://gabyhostnik.com.ar/