Aunque existen unas 25.000 especies de algas en las profundidades de mares y ríos, solo unas 160 se comercializan para uso alimentario. Se las conoce como verduras del mar, porque tienen grandes propiedades beneficiosas: aportan poca grasa, minerales como calcio, magnesio, hierro, fósforo, potasio o yodo, fibra, antioxidantes, y proteínas de alta calidad, que las vuelven una excelente alternativa en las dietas vegetarianas.
Desde hace siglos, las algas son un ingrediente muy importante de la gastronomía china, japonesa, y coreana y de algunas zonas europeas como Noruega, Islandia, Irlanda y la costa atlántica francesa. Incluso, los uruguayos las utilizan para preparar los típicos buñuelos de la cocina costera. En Argentina, sin embargo, recién aparecieron en los años 90 gracias al boom del sushi.
Su popularidad fue creciendo por sus múltiples beneficios, su intenso sabor y su versatilidad en la cocina. Se las puede encontrar en supermercados, herboristerias y dietéticas, tanto frescas, como deshidratadas, en conservas o en polvo.,
Las más conocidas
- Nori. La popular alga con la que se enrollan el sushi y el onigiri, tiene una textura cartilaginosa y un sabor suave en comparación con otras especies. Se puede utilizar fresca en tiras o el polvo para ensaladas, caldos o sopas, cremas, arroces y guisos.
- Kombu. De sabor ligeramente ahumada y capacidad espesante, se vende seca o como hojas prensadas. Usos: se puede comer hervida como acompañamiento o como ingrediente de salsas, guisos, sopas o arroces. De hecho, puede sumarse a la cocción de legumbres para acortar su tiempo de hervor y aportar minerales. Es uno de los componentes del seitán.
- Wakame. Conocida como lechuga de mar, tiene sabor dulce y una textura muy particular. Es muy utilizada en la cocina japonesa para preparar sopa de miso y ensalada de tofu. Se come cruda, hervida o al horno. Se recomienda cortar las hojas en trozos pequeños porque se expanden cuando se las cocina. Incorporalas en en ensaladas, pestos o patés.
- Dulse. Se distingue por su color y su sabor levemente. Puede consumirse comer fresca, deshidratada en copos, frita, al horno o microondas. Añadila a sopas, guisos panes, pizzas, ensaladas o sandwiches u horneada cubierta con queso.
- Hiziki. Su intenso sabor a mar la vuelve ideal para preparar guisos, legumbres, estofados y curries. Primero se debe colocar en remojo por media hora y luego cocinarla al menos durante 20 minutos. Se puede conservar en el freezer para agregar en estofados y sopas.
- Spirulina. Este suplemento dietético viene en polvo y se puede agregar fácilmente a jugos, batidos, cremas y sopas
Menos es más. Una clave en común de las algas es que no se necesitan grandes cantidades para elaborar una comida: su sabor y nutrientes son altamente concentrados. De hecho, para disminuir la intensidad al paladar es aconsejable triturarla deshidratada y utilizarla para condimentar.
Curiosidades
Las algas se clasifican según su color. Las verdes, como la lechuga de mar, suelen crecer cerca de la superficie del mar. Las marrones, entre las que encontramos el wakame o el kobu, son de profundidad intermedia. Y, las rojas, como la nori o dulse, prosperan a mayor profundidad
Por otra parte, su utilización no se limita a la gastronomía. Por sus propiedades antioxidantes, hidratantes y regeneradoras, son parte de la cosmética, ciertos medicamentos o como fertilizante.
Advertencia. El consumo de algas en ciertas cantidades puede pasar de ser nutritivo a peligroso. Tal como explica a El País Ramón de Cangas, dietista, nutricionista y biólogo del Comité Asesor del Consejo General Dietistas-Nutricionistas (CGDN), “solo un gramo de algas kombu, wakame o nori excede en cinco o más veces el límite diario recomendado de consumo de yodo. Esta sobredosis de yodo en el organismo de manera continuada se relaciona con problemas de tiroides“.
Por su parte, el bioquímico José Miguel Mulet detalla que los japoneses poseen una flora intestinal capacitada para digerir las algas y eliminar el exceso de yodo, por tanto, las mismas algas en un japonés no provocan el mismo efecto que en un europeo”.
Así que ya sabés, como con todo el mundo de la alimentación y la medicina, a disfrutar pero con precaución y siempre consultándole a un especialista.