Entendemos como vibración a la frecuencia que emitimos de adentro para fuera a través de nuestras emociones y sentimientos. Entonces, esto significará que, al vibrar alegría, amor, entusiasmo, mi vibración será alta; y al transmitir miedo, ira, pesimismo, mi vibración será baja.
Nuestras emociones, entendidas como energía en movimiento, son el mejor radar para entender lo que emitimos. Si nos sentimos a gusto o entusiasmadas, es probable que estemos en la vía del amor y abundancia.
De lo contrario, como explican Mica y Mila, las chicas detrás de Reffiel, Kabbalah y Alquimia, los síntomas más frecuentes cuando vibramos bajo son fatiga, angustia, debilidad física, confusión emocional y falta de ganas. Es común confundir la falta de energía con depresiones pasajeras. Se suele dormir un montón.
Si tu energía está a media máquina vas a sentir ese cansancio pero no va a impedir que sigas con tus rutinas y tus actividades. Tambien es habitual tener la sensibilidad a flor de piel y sueños poco claros.
Pero no te desanimes. La vibración no es algo estático y hay muchas cosas que podemos hacer para modificar nuestro estado, sobre todo a través de la intención y voluntad.
Tips para cambiar nuestra energía
- Poné música que te mueva o una melodía de cuencos que modifiquen el ambiente vibratoriamente
- Utilizá cristales como el citrino, el cuarzo rosa o la amatista
- Prendé incienso o palo santo
- Buscá un momento y espacio de naturlaza, los pies en la tierra ayudan a descargar y conectar con la energía universal
- Tomamte un momento para realizar una meditación o respirar
- Bailá para para liberar las tensiones en tu cuerpo
- Sonrí