Desde hace siglos, diferentes culturas utilizan las sal para limpiar espacios y personas, y eludir las malas vibras.
Las antiguas civilizaciones griegas y romanas las incluían en sus rituales, por ser uno de los protectores naturales más eficaces. Por su parte, los cristianos la esparcían por sus campanarios para bendecirlos y alejar a los demonios, y los judíos la usaban para asegurar la pureza de sus ofrendas. Los asiáticos aún la utilizan como limpiadora del hogar.
Rituales
- Baño de sal y vinagre
El alquimista Aleister Crowley explica que a través de los baños es posible desprenderse de “las cosas que son extrañas o antagónicas a nuestra idea de pureza”.
Una de las combinaciones más populares, es la de sal, que purifica, y el vinagre, que limpia energías negativas y larvas astrales.
Para probar este ritual, llená la bañadera con agua tibia y agregale 1 kilo de sal gruesa y 7 chorritos de vinagre blanco de alcohol. También podés poner la mezcla en una jarra y darte una ducha desde el cuello hasta los pies.
Otra opción es agregar 1 kilo de sal marina, y ½ taza de bicarbonato de sodio y unas gotitas de aceite de lavanda para lograr un efecto relajante, además de formatear energías.
- Protegé tus espacios
Para limpiar la vibra de tu hogar echá sal en un recipiente y colocalo en la habitación principal o en el living. Luego esparcií sal por toda la casa, desde el centro hacia las esquinas.
Tip extra: dicen las tradiciones que cuando hay sal en una casa, siempre habrá dinero… ¡así que chequeá la alacena o corré a comprar! Acordate que la sal marina y la sal pura de roca son las más efectivas.