Uno de los eventos más importantes de este año fue la entrada de Urano a Tauro, porque Urano transita por cada signo durante 7 años. Este evento marcó un ciclo nuevo y desconocido por nosotros, pero apenas entrado comenzó su retrogradación hasta volver nuevamente a Aries. Esto quiere decir que de Mayo a Noviembre hemos sentido el gustito de lo que implica que las viejas estructuras se vuelvan efímeras, que la materia prima cambie sus cualidades y que muchos imprevistos hayan cambiado nuestra consciencia sobre el mundo material. Esta semana Urano volvió a Aries inyectándonos un impulso de energía renovadora. Por un rato sentimos que los cambios vuelven a fluir, que las ideas alocadas tienen lugar en un mundo tosco. Ahora somos más sabios porque ya conocemos la sensación de Urano en Tauro pero hasta entonces, mientras Venus siga en Libra, podremos pensar de manera estratégica cómo lograr un giro que permita hacer de lo inestable, algo estable.