Cuando las personas que más queremos atraviesan un momento dificultoso, nuestro primer impulso siempre es ayudarlos a estar mejor, pero sin embargo, muchas veces, elegimos caminos incorrectos que, en lugar de inspirarlos a salir adelante, solo provocan que terminemos haciéndonos cargo nosotros de los aprendizajes de alguien más.
Hoy queremos sugerirte estas claves para que tu ayuda sea una ayuda eficiente y empecemos el año cultivando nuestra energía solidaria y amorosa. Veamos cómo ayudar mejor:
Mantenerlos productivos. Recordemos que tener metas y objetivos diarios (Aunque sean pequeños) ayuda a que se sientan motivados y en movimiento. Claves que evitan, por ejemplo, la depresión.
Expandirles la perspectiva de la situación, mostrándoles alternativas, soluciones creativas, conectándolos con personas que ya hayan pasado por la misma situación y tengan otra experiencia y vocabulario para compartirles y aportarles. Impulsarlos a expresarse, en vez de quedar angustiados y enrollados por dentro.
Darle herramientas para que auto trabajen en la solución que necesitan. Muy por el contrario de lo que tendemos a hacer, la mejor manera de ayudarles no es haciendo todo por ellos, sino brindándole herramientas y técnicas para que ellos mismos tomen la responsabilidad de alcanzar un estado mejor. Compartir y acompañar es, en verdad, nuestra tarea.
Recordarles la importancia de generar un entorno y ambientes lo más inspiradores y naturales posibles y ayudarles a crearlos. Embellecer nuestros espacios y estar en naturaleza beneficia nuestra mente, nuestra salud, nuestro espíritu.
Llevarlos a pasear, a conocer lugares nuevos, a observar otros colores, a conectar con otras personas, rompiendo así el círculo repetitivo que tendemos a tejer en el interior cuando estamos preocupados y asustados.
Empoderar al otro es la mejor manera de ayudarlo.