Necesitamos volver al cuerpo, sentirlo, escucharlo más. Hoy queremos compartirte una guía efectiva de auto masaje para que puedas armonizar tu cuerpo vos mismo. ¿Listo para energizarte?
Elegí un ambiente tranquilo y prepará el lugar. Bajá las luces o intentá que la fuente de luz sea lo más natural posible. Sumá un aroma que te guste y te facilite la relajación. Por ejemplo, lavanda o tilo.
Selecioná un aceite corporal base o una crema que te guste. Activá tus manos juntando las palmas y establecé la intención que sientas para tu cuerpo. Entrá en conexión con tu centro interno para iniciar tu masaje.
Comenzá por tus pies, masajeando empeines y plantas en forma suave, no realices presiones si no conocés los puntos. Estirá dedo por dedo hacia arriba como si hicieras un barrido de toda la energía. Redoneá tus tobillos masajeando en círculos. Recordá la tarea de tus pies: Te llevan por tu camino, te plantan en el suelo y en tu propósito. Te hacen sentir estables o te pueden perder. Conectá con ese lugar al que buscás llegar y limpiate de senderos que no te pertenezcan ni te hagan feliz. (Repetir la misma cantidad de tiempo en ambos pies).
Estimulá tu abdomen que es tu centro creativo. Masajeá en círculos toda tu zona de panza y pelvis, llevando la energía hasta la cintura. Sentía la tibieza de tus manos (Este masaje puede ser muy relajante). Hacé circular toda tu potencia creativa visualizando la limpieza de emociones residuales, sentimientos que hayan quedado atrapados desde hace tiempo atrás. Sanar la energía de tu abdomen es una manera de sanar, también, tus relaciones.
Tus brazos y tu entrega a la vida. Ahora, masajeá tus manos y tus brazos, realizando una leve presión en el movimiento. Desde las muñecas hasta tus hombros, andá subiendo y recorriendo. Recordá que tus manos y tus brazos representan tu manera de conectarte con la vida, lo que tomás de ella y lo que entregás. Armonizá este vínculo, equilibralo, barré tus miedos a través de la confianza y la apertura. Tu abundancia o falta de ella se relaciona con esta parte de tu cuerpo.
Tu cabeza, tu centro espiritual: Terminá tu sesión llegando a la zona de tu cabeza. Realizá movimientos circulares para relajar tu cuerpo cabelludo y liberar tensión y pensamientos limitantes. Ahora, uniendo dedo anular, mayor e índice, realizá una leve presión sobre tu coronilla y activa tu conexión con la sabiduría y con la energía superior. Sentí la conexión con todo lo que te está rodeando. Lo visible y lo invisible.