Ya te adelantamos de qué se trata este signo y cuáles son sus principales enseñanzas y desafíos. Hoy, vamos más allá y te proponemos poner sus maestrías en práctica. Virgo nos invita y nos estimula a trabajar en nosotros mismos:
Si bien, este es el signo que representa el servicio y el trabajo, también es el signo que representa el detalle, el cuidado y la precisión. Entonces, para que podamos brindarnos, realmente, y ser productivos en todo lo que hacemos, necesitamos, primero, pulir nuestro estado personal: A nivel conciencia, físico y energético.
¿En qué áreas estás necesitando ser más rigurosa? ¿En tu cuerpo, en tu manera de seleccionar tus pensamientos? ¿En limpiarte de relaciones y entornos tóxicos? ¿En tu manera de encarar tu agenda y tus tareas diarias?
Tiempo de ordenarse y establecer metodología
Este mes no es para librarnos al azar, sino todo lo contrario. La energía disponible necesita de nosotros un mayor compromiso con la perseverancia, la sanación y la manifestación de un nuevo orden en todos los sentidos.
Los ciclos deben armonizarse
¿Hay algún aspecto de tu vida que esté, en estos momentos, completamente desordenado? ¿Desalineado? ¿Haciéndote sentir “fuera de órbita”?
Establecer un orden y ejecutarlo
Ponete a tu servicio, realizando todos los ajustes necesarios para empezar a estar mejor. Armate un plan concreto estableciendo los pasos y la frecuencia exacta. Por ejemplo, si tu meta fuera sumar ejercicio a tu vida, porque te sentís estancada y sin fluidez, redactá un plan específico estableciendo cuántas veces por semana y cuántas horas te ejercitarás a partir de ahora. El segundo paso es ponerlo en acción.
Intencioná claro y firme. Hacete responsable de tu armonía y ejecutá tu plan de curación personal en aquellas áreas que más lo estén necesitando.