Durante el mes leonino (Parte en julio y parte en agosto) la energía tiende a orientarnos hacia lo que más nos gusta, inclusive, hacia lo que nos apasiona. Pero, si nos hemos olvidado de cultivar nuestro bienestar y nuestra plenitud, es normal que se active, en nuestro interior, una sensación contraria y empecemos a tomar mayor registro de que no estamos ni felices, ni a gusto con nuestra forma de viva actual.
De esta forma, se encienden, adentro, nuestras luces de emergencia y no podemos evitar experimentar la necesidad de buscarnos, de cambiar algo, de encontrar lo que nos hace bien. Algunas de las razones por las cuales podemos estar sintiéndonos así, durante este tiempo, son las siguientes:
Nos tomamos todo demasiado enserio: ¿Cuánto hace que no le encontramos la parte divertida a la vida? ¿Cómo te sentís a diario en tu trabajo? ¿Es una carga? ¿Contabilizás cada segundo para irte? Todo, en tu vida cotidiana, te está resultando demasiado grave? Es tiempo de recordar cómo reír, cómo divertirnos, cómo conectarnos con la levedad. La música, la meditación, pasar tiempo en la naturaleza, son formas sencillas de ayudarnos.
Perdimos completa conexión con el presente: Nuestra cabeza y nuestro corazón permanecen enfocadas en un pasado o en un futuro, constantemente preocupadas o melancólicas. No hay manera de enraizar nuestra vida ahora si no logramos vivir acá. Es este el lugar en el cual estamos hoy y el único desde donde podemos transformarnos.
Hace mucho tiempo que no probamos algo nuevo: A todos nos cuestan los cambios. Algunos más, otros menos. Cambiar siempre supone dejar algo de la vida atrás, no saber qué viene. Sin embargo, cuando el entorno cambia, estamos obligados a crear nuevas formas de transitarlo. Esto expande nuestra perspectiva, nuestra capacidad de acción y hasta nuestra idea sobre nosotros mismos.
¿Qué área de tu vida podrías elegir hoy para intentar algo nuevo?