La mayoría de nosotros utilizamos, casi siempre, las mismas palabras para describir lo que sentimos, lo que nos pasa. Esto provoca que no tengamos demasiada claridad acerca de lo que estamos experimentando y que, quizás, hasta confundamos un estado con otro.
Cuando decimos, generalmente, que estamos enojados, puede estar pasando, por ejemplo, que en verdad estemos insatisfechos. Cuando, decimos que estamos deprimidos, podría estar pasando que solo estemos desmotivados por la ausencia de nuevos desafíos.
Otras veces, decimos estar tristes y, simplemente, estamos agotados, completamente cansados y eso nos aminora la alegría diaria. Quizás se deba a que hemos dejado entrar demasiada monotonía en nuestra vida. Quizás haya llegado la hora de ser más valientes para dejarnos sorprender más.
Es importante ampliar nuestro vocabulario a la hora de describir nuestras emociones para que podamos reconocer con claridad y certeza qué es lo que, verdaderamente, nos está perturbando. Para lograrlo, quisiera sugerirte que participes de sesiones de Terapia de memoria celular.
En esta práctica se te brindará herramientas y ejercicios para que puedas descifrar, realmente, qué es lo que te está pasando. Se suele trabajar, además, con un gran listado de emociones que nos ayuda a tomar conciencia de como englobábamos muchísimos estados de ánimo (Que en su centro, son diferentes y de diferente manera se tratan) en unos pocos que repetimos, casi a diario.
Saber lo que sentís es el primer paso para buscar las herramientas correctas que te ayudan a trabajar y sanar en vos.