Si te estás sintiendo opaco, con falta de motivación y con el corazón desgastado, hoy te compartimos una pequeña meditación para que vuelvas a iluminarte desde adentro hacia afuera.
Sentate adoptando una postura cómoda que te permita enderezar la columna y tomar conciencia de tu cuerpo en comodidad. Presenciá tus sensaciones internas.
Cerrá los ojos y llevá tu atención a tu cabeza, a tu frente y a tus ojos. Sonreí internamente desde el pensamiento, generando una imagen o una palabra que te brinde alegría y bienestar. Iluminá tu mente.
Bajá tu atención a tu garganta y sonreí desde allí embelleciendo tu manera de expresar la vida, tu forma de comunicarte con los demás. Que tus palabras sean bálsamo, sean comprensión, sean esperanza.
Llevá, ahora, tu energía hasta tu abdómen y sonreí desde allí. Internamente acomodá tu cuerpo, tu confianza en vos. Sonreí con tu estómago, con tu vientre, con tus caderas.
Llevá tu energía, tu atención y tu sonrisa hacia tus pies, para que recorras senderos que elijas siempre hacia el bienestar, hacia el crecimiento, hacia la magia que pueda deslumbrarte. Sonreíle a la tierra mientras la caminás.
Y, por último, llevá tu inmensa sonrisa hacia el corazón, centro emocional de tu cuerpo, y encendelo de vida y de ganas. Irradiá tu deseo hacia todo tu cuerpo y hacia tu afuera para que vuelva, en vibración y en belleza, hacia adentro.
Meditá sonriendo desde y hacia todo tu cuerpo. Desde y hacia toda tu vida.