Hoy comenzamos un nuevo Desafío Positivo y durante toda esta semana, estaremos trabajando con propuestas especiales. El ejercicio de hoy es para ayudarte a conectar con tu energía interior, para que te percibas, te vivencies y descubras, verdaderamente, cómo estás y qué necesitás sanar en vos:
Viajar hacia adentro para verte
Recostate con las piernas y los brazos, un tanto alejados del cuerpo. Registrá cómo apoyás tu físico sobre el suelo, la manta o el sillón en donde estés. Entregá el peso de tu cuerpo, las tensiones, hundiéndote imaginariamente en vos misma.
Viajate, déjate ir por dentro como si te recorrieras flotando, livianamente, por todo tu interior. Ingresá en tu propio silencio y si existe algo que haga ruido o se sienta bloqueado, intentá visualizarte purificándolo, desatándolo, curando lo que haga falta. Llevá energía luminosa con tu pensamiento y distribuila por todo tu organismo, iluminando tu cabeza y tus ojos, tu cuello y tus brazos, tu pecho, tu abdómen, tus piernas, tus tobillos y tus pies.
Respirar en forma consciente para serenarte
Inhalando y exhalando por nariz, duplicado el tiempo de la exhalación para relajarte más. Cuando exhalamos, soltamos, liberamos, limpiamos todo lo que ya no queremos retener en nosotros. La respiración es la vida, tomamos lo que nos hace bien, soltamos lo que nos sobra, lo que nos daña, lo que ya no nos pertenece.
Simplemente, escuchar
Una vez que lograste llegar a tu centro, vas a sentirte en profunda conexión con tu cuerpo, con tu energía y con tus emociones. Todo al mismo tiempo, pero con claridad y serenidad. Estás ahí para escucharte, para observarte y recibir información. ¿Cómo estás? ¿Cómo te sentís? ¿Cómo te estás visualizando por dentro? ¿Tu cuerpo se siente silencioso o inquieto? Simplemente, con tu imaginación y tu intención, llevá mucha calma y restauración a cada parte, visualizándote envuelta de una profunda tranquilidad interior.
Si pudiéramos realizar esta práctica, al menos, diez minutos diarios sería tan transformador y positivo que desaparecerían muchas de tus dificultades diarias. Pero sabemos que tenés una agenda intensa y que un nuevo habito no se crea de un día para el otro. Pero, ¿Sabés qué? Sí se crea si a un día, le sumamos otro y otro y otro más. Entonces, no importa si no lo hiciste antes, importa que te animes a empezar hoy. ¿Meditamos juntas?