Cada instancia cuenta, desde que abrís los ojos hasta que te volvés a dormir. En todo el trayecto de tu día, ¿Qué es lo primero que le das a tu cuerpo?
Seguramente, te habrá pasado alguna vez de darte cuenta que, quizás, el primer pensamiento, la primera bebida o comida que le dabas a tu cuerpo al comenzar el día no eran del todo agradable. Por estar nervioso, apurado, tenso, muchas veces no registramos que arrancamos la mañana sin aportar nada positivo o saludable a nuestra jornada.
Una de mis grandes maestras me transmitido la importancia de ese primer momento del día. De cómo impacta (Para bien o para mal) lo primero que pensamos, deseamos o hacemos al iniciar nuestras actividades. Es casi un decreto inconsciente de cómo continuará desarrollándose.
Te invito a revisar cuál es tu primera idea al abrir los ojos, cómo se siente tu cuerpo, tus brazos, ¿Qué harías si dispusieras del tiempo y del espacio para abrir tu día como más te gusta? ¿Cómo es una mañana inspiradora para vos?
Recordá iniciar con la mayor calma posible, incorporarte gradualmente, ingerir alimentos o bebidas nutritivas y que aporten vibración saludable a tu cuerpo y tu mente. Agua natural, infusión de hierbas, fruta, limón, espirulina disuelta en jugo natural de naranja, son todas buenas opciones. Realizá estiramientos, movimientos, acondicionando tu energía para comenzar una jornada positiva. Y, si te gusta nutrir tu espiritualidad, dedicá unos segundos a respirar y elevar un rezo o un agradecimiento que te conecte con tu aquí y ahora.
¿Qué mirás, qué pensás, que olés, qué soltás, qué movés, qué sentís, qué tomás, qué comés cuando te despertás? Cada instancia cuenta, desde que abrís los ojos, hasta que te volvés a dormir.