Cada Ser de este planeta emite una energía. Las flores, especialmente, transportan una vibración muy alta que aportan curación y armonía a cada zona de la tierra en la cual crecen y a las personas que se rodean o se impregnan de ellas.
Existen flores como las del Roble o las del Alerce, que nos ayudan a reforzar nuestra autoestima afirmando nuestra personalidad. Nos permiten fortalecer nuestra valía y nos ayudan a establecer límites sanos frente a los demás, beneficiando nuestras relaciones.
Las flores de Lavanda y las del Nogal, nos benefician brindando equilibrio, justeza y armonía a nuestro cuerpo energético y nos permiten sanar nuestra conexión con la espiritualidad, ayudándonos a vibrar más alto, fortaleciendo el Aura. Protegen nuestras energías esenciales para evitar que se contaminen o absorban vibraciones bajas y negativas.
Cada flor trabaja activando nuestro campo sutil y ayudan a sanar nuestra energía mental, emocional y física, traen equilibrio y permiten la depuración de aspectos o heridas que permanecen en nosotros bloqueando nuestra expresión más genuina. Ayudan aliviando estados de estrés, de angustia o de falta de esperanza y alegría. Las flores nos ayudan a recordar nuestra esencia espiritual y nos devuelven a una consciencia superior, permitiendo sanar en unidad con la naturaleza.
Cómo recibir la energía de las flores:
• Cultivarlas en tu propia casa
• Rodearte de ellas
• Acercarte a meditar a jardines, rosedales y campos silvestres
• Beberlas a través de esencias florales como el Sistema Bach, California, Bush.