Qué es el “miedo por las dudas”

¿Te pasó alguna vez que te das cuenta que estás teniendo miedo por adelantado? ¿Que te preocupás, durante horas y horas, por asuntos que aún no existen o no se concretaron?

Bueno, cuando te descubras haciendo esto, necesitás recordarte que tu energía del pensamiento es muy muy poderosa y si la destinás a visualizar negativamente algo que aún no existe, probablemente cuando llegue, se manifieste cumpliendo esta “auto-profecía” que has creado. Veamos como corregir este mecanismo:

El primer paso, siempre es darnos cuenta. Registrar que estamos manteniendo este patrón de preocuparnos “por adelantado”, atemorizándonos por algo que no llegó ni sabemos cómo habrá de manifestarse. Al registrarlo, ya le estás poniendo un Stop.

El segundo paso es reemplazar esa creencia negativa por una positiva. Como si le respondieras a tu mismo pensamiento. Recordá que esa idea que te atemoriza es simplemente un hábito, porque te acostumbraste a pensar lo peor de las cosas, te acostumbraste a sentir, desde el principio, que los asuntos no iban a salirte. Ese mismo hábito se auto-destruye cuando generamos su contrario o, al menos, pierde su efectividad y su poder, porque nuestra atención se desplaza hacia una perspectiva más positiva. Nada te impide esperar lo mejor y hasta estás co-creando, desde tu mente y tu energía, para que eso pase.

Necesitamos comprender la importancia y lo saludable del soltar un poco el control. A más control, más apego, a más apego, más neurosis y menos libertad. Cuanta menos libertad me doy y le doy a mi vida, mucho menos fluyen mis relaciones, mi salud o mi abundancia, porque termino contracturando todo en la creencia de que puedo mantener el mundo bajo mi supervisión.

El miedo por las dudas es ese que no te deja dormir pensando en mañana, es ese que te priva de disfrutar tu presente por estar con tu cuerpo en un lugar y con tu mente preocupándose en otro. Es también el mismo que te deja casi sin energía por desgastarla toda a través de una cadena de pensamientos poco felices. Y, sobre todo, el miedo por las dudas es aquel que nos revela que, en realidad, lo único que verdaderamente tememos es que algo llegue diferente a lo que hemos planeado, miedo a lo desconocido, miedo a no saber.

¿Por qué nos creemos tan vulnerables? ¿Tan poco capaces de fluir o adaptarnos? ¿Por qué nos cuesta tanto confiar en nosotros y en que, de alguna manera, si abrimos la intuición, el corazón y los brazos, el Universo se encargará de encontrarnos con nuestro mayor bien?

 

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