¿Probaste practicar Yoga con tu pareja? Si aún no lo hiciste, te contamos algunas razones para probarlo y armonizarse juntos con esta práctica. Se van a relajar, armonizar y reencontrar ¿Qué estás esperando?
Buscar un equilibrio Juntos: La práctica de Yoga, además de trabajar nuestro cuerpo físico y fortalecer nuestros músculos y articulaciones, nos induce un enorme trabajo interior. Ayuda a escuchar la propia energía, a tomar registro de incomodidades o sentimientos que están oprimiendo y causándonos estrés, enojo o angustia, permite que notemos si hay bloqueos en alguna parte de nosotros y nos ayuda a retomar una armonía natural mostrándonos la manera de estar fuertes y equilibrados.
Realizar Yoga en pareja nos permite compartir estas experiencias y respetar el camino del otro. Muchas veces, al armar las posturas de a dos, notamos que cada uno tiene una elongación distinta, un punto de resistencia diferente o se siente más cómodo en determinada asana (postura) que en otra. Esto ayuda mucho a recordar esta gran verdad de que cada uno está transitando un momento personal en su camino y por más pareja que seamos necesitamos respetar sus tiempos, ser compresivos, tolerantes y compañeros.
Compartir desde otro lugar: Si ya participaste de clases de Yoga alguna vez, coincidirás conmigo en que pocos momentos son tan placenteros y gratificantes como esos minutos después de la clase, en los que volvés caminado por la calle y te sentís flotando, casi perfecto, liviano, feliz.
Imaginte todo eso, compartido con tu amor. Es súper nutritivo y agradable ver y sentir cómo nos vamos relajando juntos, reconectando entre nosotros pero, a la vez, respetando el lugar de cada uno. Te invito a probarlo.