Si estás tratando de sumar calidad de vida, hoy te compartimos tres comportamientos simples y efectivos que transformarán la energía de tu cuerpo y te mantendrán en armonía.

Escucharte cada día: El primer paso para mejorar nuestra salud es aprender a escuchar el cuerpo. Comenzar la mañana, destinando diez o quince minutos a sentarnos y respirar en forma consciente, ayuda a enraizar la energía y a comenzar el día habiéndonos escuchado. De esta forma, podremos organizar la rutina teniendo en cuenta cómo estamos hoy. Si bien hay compromisos que no podemos cancelar o modificar, al menos podremos hacerlos con conciencia y conexión, por lo tanto, fluiremos mucho mejor evitando resistencias.

Ser sincero con tu energía: ¿Qué significa esto? Que si realmente siento que hoy necesito decir que “no” porque sinceramente pienso que no podré hacerlo, entonces, me lo voy a permitir. Dentro de lo posible, acomodemos las entregas diarias para que resulten lo más eficaces posibles, tanto para nosotros mismos como para quienes nos están esperando. Dar lo mejor de nosotros es la mejor manera de contribuir y estar en armonía.

Mantenerte inspirado: Dedicar tiempo diario o, al menos, semanal a tomar contacto con nuestras búsquedas personales, nos ayuda a mantenernos inspirados y renovados. Porque cuando nos conectamos con aquello que nos moviliza y entusiasma, entonces, activamos nuestra parte luminosa. Y esa luz que recibimos y que damos, siempre se transforma en energía saludable y curativa para vos y para quienes te están rodeando.