Semillas de Chía: Sus propiedades curativas

El uso de plantas y derivados vegetales como medio medicinal ha estado presente en todas las culturas. Esto se debe al gran e irremplazable aporte del Reino Vegetal en la vida del Ser Humano. Cada parte de una planta (Raíz, tallo, hojas, flores y semillas) posee diversos componentes y sus usos son variados.

La semilla de chía es de tamaño pequeño y de color café. Se dice que su origen corresponde a México, pero ha estado presente en casi todas las culturas de América

Propiedades Curativas

El factor antioxidante de esta semilla, protege en el cuerpo, la presencia de ácidos grasos necesarios, ayuda a prevenir los radicales libres, contrarresta afecciones cardiovasculares y disminuye la posibilidad de tumores.

A su vez, el gran aporte en Ácidos Grasos Esenciales revitaliza la piel, las uñas, disminuye las sensaciones de fatiga o cansancio extremo, neutraliza las infecciones recurrentes y acelera la curación de heridas.

Por otro lado, el elevado componente Omega 3 presente en la semilla, disminuye el índice de enfermedades coronarias, normaliza la presión arterial elevada, volviéndola a su estado de equilibrio, mejora el sistema nervioso e inmunológico y disminuye el valor de triglicéridos y colesterol, en sangre.

¿Cuándo puedes utilizar esta semilla?

Si bien, dada su gran cantidad de aportes, es recomendable su consumo de manera diaria como suplemento nutricional básico, repasemos casos específicos que podrían tratarse de manera complementaria con el consumo de esta semilla:

  • Personas celíacas
  • Presión arterial elevada
  • Altos niveles de Triglicéridos y grasas sanguíneas
  • Afecciones cardiovasculares
  • Anemias
  • Debilidad inmunológica
  • Depresión
  • Desequilibrio del Sistema Nervioso
  • Falta de atención
  • Sobrepeso
  • Colesterol Elevado.

¿Cómo consumir la semilla?

Existen varias maneras de integrar la semilla de Chía a tu dieta diaria. Al ser tan pequeñas y al no tener ni olor ni sabor marcado, puedes adherirlas a tu yogurt y a tus cereales en el desayuno.

También, utilizarlas como aderezos en tus ensaladas. Agregarlas a la sopas, a los panes, a las galletas y a los postres.

Otra manera, es prepararla en consistencia de gel. Para esto, debes remojar las  semillas en agua y esperar a que éstas liberen el mucílago.

La cantidad de consumo, varía desde los 5 hasta los 25 o 30 gramos diarios, según la necesidad de casa persona y su equilibrio de salud.

¿Donde Conseguirlas?

Tanto en Dietéticas o Cerealeras, como en los grandes supermercados, podremos adquirir esta y otras semillas.

Algunos barrios, tienen ferias de alimentos donde además de frutas, verduras, quesos y mieles, es posible encontrar semillas y polen.

Aprendiendo de los Antiguos

Nuestros antepasados utilizaban las plantas con fines medicinales y de generación en generación, trasladaban estos conocimientos desde los Hombres Medicina hasta sus discípulos elegidos para perpetuar esta tradición de Sanación Natural.

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