Hay quienes afirman que la felicidad es una elección. Y el doctor Don Miguel Ruiz, autor del libro “Los Cuatro Acuerdos” (Editorial Urano), es uno de ellos. Él sostiene que “podemos elegir ser felices”, pero para eso, tenemos que cambiar nuestro “antiguo sistema de acuerdos”; debemos eliminar todas esas creencias heredadas que nos limitan, y sustituirlas por otras que respondan a nuestra realidad interior, y nos lleven a la libertad.
Así es como a partir de su propuesta de los “Cuatro Acuerdos de la Sabiduría Tolteca” (los toltecas fueron conocidos en todo el sur de México como mujeres y hombres de conocimiento), nos invita a transformar nuestra vida. ¿En qué consisten los cuatro Acuerdos que Ruiz comparte en su libro, para vivir una vida más plena?
- Sé impecable con tus palabras: el autor dice que las palabras constituyen el poder que tenemos para crear. Son un don. Y explica que nuestra intención se pone de manifiesto a través de ellas: lo que sale de nuestra boca es lo que somos. Porque las palabras no son sólo sonidos, sino que consisten en una fuerza que crea los acontecimientos de nuestra vida. Pero ojo. Porque son un arma de doble filo: pueden crear el sueño más bello, o destruir todo lo que nos rodea. Según como las utilicemos, las palabras nos pueden liberar o esclavizar: “Las palabras captan nuestra atención, entran en nuestra mente y cambian por entero, para bien o para mal, nuestras creencias”, explica Ruiz. Por eso, ser impecable con tus palabras, tiene que ver con usarlas en dirección del amor y la verdad. Así estarás en paz, serás libre y feliz. ¿El consejo? Todos los días, dite a ti mismo que eres una persona maravillosa. Dite cuánto te amas. Utiliza las palabras para romper con todo lo que te hace sufrir.
- No te tomes nada personalmente: suceda lo que suceda a tu alrededor no te lo tomes personalmente. Te lo tomas personalmente porque estás de acuerdo con cualquier cosa que se diga. Debemos tener en claro que todos vivimos en nuestro propio sueño, en nuestra propia mente; y los demás están en un mundo completamente distinto. Lo que los otros puedan decirnos o hacer, responde a los acuerdos que esas personas han establecido en su mente (tiene que ver con ellos). Es su manera de ver el mundo, su película. Ruiz dice que “debemos evitar comernos la basura emocional” de los demás. Y que lograr esta inmunidad (no tomarse nada en forma personal), es un don. “Cuando ‘no tomarte nada personalmente’ se convierta en un hábito, te evitarás muchos disgustos en la vida. Porque no vas a necesitar depositar tu confianza en lo que hagan o digan los demás, bastará con que confíes en vos mismo”, destaca Ruiz.
- No hagas suposiciones: Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es que al hacerlo, y como tenemos miedo de pedir una aclaración, creemos que lo que suponemos es cierto. Y (nos) producimos mucho veneno emocional y sufrimiento. ¿El consejo? Lo mejor siempre es preguntar. Recordemos: “No percibimos las cosas como son, sino como somos”.
- Haz siempre lo máximo que puedas: ni más ni menos, y según la circunstancia en la que te encuentres. Porque si intentas esforzarte demasiado para hacer más de lo que puedes, gastarás más energía de la necesaria, y al final tu rendimiento no será suficiente. Cuando te excedes, agotas tu cuerpo y vas contra ti, y por consiguiente, te resulta más difícil alcanzar tus objetivos. Por el contrario, si haces menos de lo que puedes hacer, te sometes a ti mismo a juicios, frustraciones, culpas y reproches. Si siempre haces lo máximo que puedes, no te juzgarás ni harás reproches. “Dí que no cuando quieras decir que no, y dí que sí cuando quieras decir que sí. No necesitas que los demás te acepten”, reflexiona Ruiz. Y tal vez sea una frase para copiar y pegar en la heladera. ¿No creen?
El libro es hermoso y cada acuerdo está explicado en forma más extensa y con ejemplos. Para Miguel Ruiz, si cumplimos con estos cuatro acuerdos, nuestra vida será maravillosa. Porque ellos son una maestría de la transformación. Tal vez no siempre sea fácil mantenerlos. Pero como dice el autor, “hoy puede ser el principio de un nuevo sueño”. ¿Lo creen posible?