Aunque hace un tiempo no era tan popular, el uso del kéfir se ha extendido por todo el mundo gracias a sus beneficios para el organismo. Sus resultados son tan maravillosos, que un reciente estudio publicado en Thelegraph UK lo incluyó entre los “productos tendencia en salud 2018”.
El cultivo del kéfir es un organismo parecido a un colifor en miniatura pero más blando y gelatinoso, que combina bacterias probóticas y levaduras, y se utiliza para convetir la leche de vaca, cabra u oveja en bebidas refrescantes y efervescentes.
Durante el proceso de fermentación, sus cultivos transforman la caseína en aminoácidos de fácil digestión, produciendo vitaminas B, ácido carbónico y alcohol; y convierten la lactosa en ácido láctico, es decir, en bacterias que evitan procesos perjudiciales de fermentación en los intestinos. Según explica la periodista especializada en medicina, Tanja Hirschsteiner, en su libro Remedios Naturales: secretos de la medicina alternativa, es probable que gracias a estos cambios, el kéfir haya ganado reputación como fuente de salud y longevidad. Para disfrutar de estos beneficios, la autora asegura que es necesario consumir al menos 230ml por día.
HISTORIA Y BENEFICIOS
Desde hace cientos de años, la fermentación de la leche con kéfir es una costumbre en Europa Central. El origen del grano es propio del Cáucaso, cuyos habitantes de las montañas sorprendieron a los investigadores por ser capaces de vivir hasta por más de 100 años. Incluso, a fines del siglo XIX, se establecieron “clínicas de kéfir” en toda Rusa, para tratar pacientes con diversos malestares.
Hoy es reconocido mundialmente como un remedio natural, capaz de tratar los siguientes trastornos:
- Malestares gastrointestinales
- Alivia dolores y reduce inflamaciones
- Desintoxica el organismo: es ideal para tratar la gota, reumatismo y fatiga estacional
- Combate cualquier tipo de alergia
- Fortalece el sistama inmunológico
- Previene el cáncer de cólon y el mamario
Advertencia: el consumo del kéfir puede disminuir los efectos de drogas recetadas, por ello es recomendabe ingerilos con 2 horas de diferencia. En el caso de tomar anticoagulantes, se desaconseja beber más de 1 vaso por día.
PARA TODOS LOS GUSTOS
Existen tres tipos de bebebidas a base de kéfir: con leche, con agua o con té. Al fermentarse, su grano se adapta a diferentes líquidos, por tanto todos aportan los mismos beneficios.
Según Tanja Hirschsteiner, el kéfir ya preparado contiene un cultivo reducido y posee un sabor similar al de la leche agria, por eso conviene hacerlo casero. El grano puede comprarse en herboristeria pero también, al crecer tan rápido, es posible encontrar redes de distribución gratuita.
PRODUCCIÓN CASERA
Ingredientes y materiales
- 20 gramos de cultivo de kéfir
- 1 litro de leche pasteurizada
- 1 jarra de vidrio con boca ancha y con tapa
Preparación
- Colocá la leche en la jarra y procurá que quede suficiente espacio para que crezca el cultivo.
- Agregá el cultivo y en la jarra y tapala.
- Conservala lejos de la luz a una temperatura de 25º aproximadamente, por 1 o 2 días.
- Agitá la preparación cada tanto.
- Una vez preparado, filtrá el kéfir con un colador para eliminar los restos del cultivo.
- Conservá el líquido en la heladera hasta por 14 días.
- Tip extra: probalo con fruta o con cereales.