Muy a menudo sucede que los pensamientos negativos, la preocupación excesiva o la ansiedad se erigen como soberanos de nuestra mente. Aunque intentemos buscarles una solución, o nos esforcemos por sacarlos de nuestra cabeza este tipo de pensamientos nos acosan sin cesar y nos consumen gran parte de nuestra energía vital.
Ante este panorama empezamos a sentir emociones negativas que refuerzan este estado lanzándonos a un pesimismo tamaño extra large.
En psicología se suele ayudar a los pacientes ante este tipo de descontrol mental facilitándoles ejercicios simples y concretos.
Uno muy útil a la hora de hacer frente a la desmedida imaginación de nuestra cabeza es tener a mano un kit de emergencia mental.
De qué se trata exactamente?
Es algo que no requiere ningún gasto ni esfuerzo. Sólo requiere algo de creatividad y ganas de creer que uno mismo, con lo que tiene a mano, puede hacer mucho.
La idea central es pensar con antelación recursos que nos rescaten en esos momentos pesimistas para hacer uso de ellos en el momento que nos demos cuenta que nuestra mente se está yendo por las ramas de la negatividad.
Por qué es tan importante rescatar nuestra mente de este tipo de pensamientos? Por supuesto todos sabemos que son incómodos, ya que nos traen emociones desagradables que nos hacen sentir muy mal. Pero además debemos ser conscientes de los efectos devastadores que pueden tener en mediano o largo plazo. Pueden influir directamente en la salud física generando síntomas somáticos de los más molestos y pueden también llevar a estados de depresión o ansiedad. Otra consecuencia de andar rumiando ideas negativas es el mal humor que nos trae, redundando así en malas relaciones sociales. Otro punto muy sensible es el referido al pesimismo. Al estar siempre en ese modo negativo, dejamos pasar valiosas oportunidades por no creer que estamos a la altura.
Todo este panorama tan desolador puede ser modificado si nos proponemos aprender a dominar nuestra mente. Así como alguna vez aprendimos a pensar desde este ángulo tan negro, ahora podemos aprender a pensar de una manera más optimista y alegre.
El primer paso entonces para armar nuestro kit de emergencias será definir una nutrida lista de recursos y el segundo paso será buscar una manera creativa de tenerla a mano.
Podemos ubicar este listado con imanes en la heladera, o podemos guardar papelitos sueltos dentro de un lindo frasco, también puede ser una lista en tus notas del celular. Todo vale, mientras que cumpla el requisito de estar bien a mano.
Cuando te sientas mal podes tomar elegir una de esas ideas en forma aleatoria y cumplir con lo que propone. Sea lo que sea, debes dejar de hacer lo que estés haciendo, y poner en acción la indicación que te haya tocado.
Acá van ideas varias que funcionan como excelentes recursos para resetear nuestra mente hacia un estado mucho más benévolo y motivador:
– Llamar a un amigo que tenga buena energía
– Ver una charla TED bien poderosa
– Escuchar música y cantar un rato
– Leer algo que te inspire
– Mirar vídeos graciosos en Youtube
– Salir a caminar buscando algo nuevo que nunca hayas visto
– Escribir sobre algo que te haya hecho muy feliz
– Liberar tensiones bailando y saltando como niños
– Hacer una lista con tus canciones favoritas en Spotify
– Ordenar un par de cajones que siempre tenes pendiente
– Chatear con ese grupo de amigas que sabes que le ponen mucha onda
– Jugar un rato con hijos, mascotas, sobrinos, amigos…
Hasta acá varias ideas. Pero la mejor parte es encontrar por uno mismo aquello que nos hace bien, y tenerlo presente para esos instantes en que la mala onda nos toma de rehén. Es necesario recordar que siempre tenemos la posibilidad de cambiar nuestros pensamientos, siempre! Sólo depende de que pongamos algo de creatividad y otro tanto de voluntad, y sigamos confiando en que todo eso que hoy nos preocupa, seguramente en algún momento va a encontrar una solución.