A través de la simbología de los sueños y su interpretación, la técnica de Ensueño Dirigido es capaz de desencadenar procesos de transformación poderosa.
El objetivo es transportar a la persona, en pleno estado de relajación, hacia un mundo fantástico y analizar esas imágenes como si fuesen sueños nocturnos.
Su propio creador, Georges Romey, considera que “los ensueños, bajo su apariencia fantasiosa, funcionan como proyectores dirigidos a la personalidad profunda, los comportamientos, los deseos inconscientes”. Y por ello, los sueños son capaces de liberar los bloqueos que atan la mente o nos llevan a situaciones repetitivas en la vida.
El mundo simbólico y la imaginación del paciente construyen un cuento sanador, con el que se trabajará a lo largo de las sesiones y que que irá cambiando antiguos ordenes y leyes que condicionan al consultante inconscientemente.
Fases del Ensueño Dirigido
- Recibimiento: el consultante expresa sus preocupaciones e intenta definir su problema.
- Sueño: la persona se acuesta con los ojos cerrados en total estado de relajación para poder escuchar su cuerpo. Esto produce una baja en el metabolismo y en los ritmos cardíaco y respiratorio. El cerebro entonces podrá emitir ondas alfa que facilitan la aparición de imágenes y el interior humano, en estado de consciencia, desarrollará un relato sin censura.
- Interpretación: el sueño emplea un lenguaje evocador y simbólico, y el rol del terapeuta será facilitar esa decodificación, ayudar a la persona a encontrar y entender el símbolo dominante, el tema principal.