LOS SECRETOS DETRÁS DE UNA BUENA SESIÓN DE DANZA
Bailar y sus beneficios para el alma
La danza nos permite no solo mejorar nuestro cuerpo a nivel corporal, sino también a nivel mental, espiritual y emocional. Enterate de qué maneras bailar puede ayudarte a conectarte con vos mismo

Muchos de los que bailan seguramente solo estén al tanto o sean conscientes de los beneficios que la danza puede tener a nivel corporal. Los conocemos todos: la influencia positiva en el funcionamiento del corazón, la liberación de endorfinas, la mejora de la memoria, el incremento de energía, la posibilidad de tonificar nuestros músculos y también de flexibilizarlos, entre otros.

Pero lo cierto es que bailar (o el solo hecho de mover el cuerpo al ritmo de la música) puede brindarnos diversas posibilidades en otros planos, como el mental, espiritual y emocional. La música que nos gusta tiene un efecto, de por sí, intenso e influyente en nuestro estado de ánimo. Puede generarnos alegría, angustia, placer, dolor, desazón, nostalgia o adrenalina, entre otras sensaciones.

Esto se potencia cuando bailamos, cuando le añadimos una interpretación de nuestro cuerpo en base a los movimientos que realizamos, a partir de la melodía que escuchamos.

Sobre todo en la danza contemporánea, donde las reglas son menos claras y la técnica mucho más flexible que en el ballet, el jazz o incluso ritmos urbanos madres como el hip hop, podemos encontrar mayor libertad para expresar lo que nos provoca la música que oímos.

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Se dice que bailando logramos conectarnos con nosotros mismos, con lo que tenemos oculto y liberamos, en un momento de desnudez corporal. Lo cierto es que a través de la danza podemos expresar, como en cualquier arte, nuestros más sinceros deseos, si realmente nos dejamos llevar y no permitimos que la tensión desmesurada, la vergüenza y/0 los pensamientos se interpongan con lo que estamos haciendo.

Como práctica espiritual, debemos decir que la danza no es una de las opciones más comunes o simples para lograr despojarnos de las preocupaciones. Pero quienes hallen en ella al menos un poco de placer, estarán un paso más cerca de este nivel de paz mental. 

Con esto no queremos decir que la danza puede llegar a parecerse a la meditación, sino que podría tener efectos similares en el plano de la relajación y de la conexión con uno mismo. A nivel corporal y de autoconocimiento físico, incluso puede llegar a ser más beneficioso y efectivo que una sesión estática de meditación.

Salir de una clase de danza con una energía totalmente renovada, relajado/a, con el corazón lleno y con la mente abierta para recibir sólo vibras positivas, son lujos que se pueden dar todas las personas que se animen a probar esta maravillosa disciplina.

Por Estefanía Lisi

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