Hay quienes encuentran una gran resistencia cuando tratan de relajarse. Como sabemos lo muuuy necesario y saludable que resulta que puedas tener tu momento semanal de reconexión, hoy queremos compartirte estas claves infalibles para que puedas practicar tu serenidad personal. ¡Nosotras, empezamos hoy mismo!
Tu tiempo: Parece una obviedad pero es bien importante. Una de las condiciones claves para relajarte es hacerlo a tu tiempo personal. Es decir, una vez que aprendés o escuchás los ejercicios (De la práctica que más te guste), realizalos escuchando tu cuerpo y tu necesidad personal, no te apures, no trates de seguir el movimiento de otra persona, sino intentá alinear tu energía, tu respiración, tu capacidad corporal y tu concentración a este momento. Estirá tus brazos, tus piernas, tu espalda y acondicioná tu espacio interno para que la quietud pueda crearse en vos.
Tu respiración: Los pensamientos parecieran perseguirnos y encontrarnos a toda hora. Para que esto no impida practicar tu relajación, llevá tu atención y tu registro hacia tu forma de respirar. Viajá conscientemente siguiendo el recorrido del aire que ingresa, colma, limpia y sale de tu cuerpo con cada respiración completa. Te sugiero inhalar y exhalar por nariz, cuando necesites relajarte y tratar de que la expulsión de aire se realice en un tiempo más largo que el de la toma.
Dejar pasar, observar: Convertirnos en verdaderos espectadores, en observadores de nuestra propia mente y nuestro propio cuerpo, pero sin subirnos a las ideas, a las imágenes o a las dudas que pueden plantearse en nosotros, justo, cuando nos disponíamos a relajar el día. Imagínate que tu mente es un tren muy largo y cada idea o imagen que se te aparezca corresponde a uno de sus vagones. Bueno, déjalo pasar, que siga su recorrido pero no te cuelgues ni te subas a ninguno de esos vagones. Vos estás en la estación, simplemente observando, sintiendo, conociendo y descansando.
Entregarte y soltar: Simplemente, rendirnos a la calma, al no hacer, al estar en el presente con toda nuestra humanidad. No preocuparnos, no pensar, simplemente ser y estar aquí. Cuando te dispongas a relajarte (Así sea en tu viaje de colectivo hacia el trabajo o la facultad), entregate a la respiración, a la quietud del cuerpo y al fluir de tu energía interna.
Contanos cuáles son los momentos que aprovechás para relajarte y cuáles son tus tácticas y tips para lograrlo.