En la zona de la garganta se ubica nuestro centro energético encargado de regular la energía de la comunicación. Tu manera de expresarte o de guardarte lo que sentís, está asociada al funcionamiento de este centro. Hoy, te contamos cómo armonizarlo para que puedas expresar tu verdad:
Encontrar tu verdadera voz es volver a tu centro, es escucharte y vincularte desde tu propia esencia interna. La manera de expresarnos puede beneficiar o interferir la salud en nuestro cuerpo ya que si lo hacemos en forma agresiva, irascible o demasiado impulsiva, termina afectando el sistema digestivo, la zona del cuello y la garganta.
Cuando, por el contrario, no logramos comunicar lo que nos pasa frente a una persona o a una situación, nuestro cuerpo termina acumulando toda esa energía que ensucia y satura el organismo generando un bloqueo, porque era energía destinada a expresarse.
Comunicarnos en forma eficiente, actúa casi como una medicina preventiva porque nos ayuda a liberar el cuerpo, el corazón, las angustias y, a la vez, nos permite establecer relaciones con franqueza, sinceridad y cuidado de nosotros mismos.
Muchas veces, las personas se sienten sin lugar para hablar, como si ellos no tuvieran el derecho de expresar lo que sienten o, peor aún, no lo expresan por temor al conflicto con el otro.
Voy a guiarte con una herramienta sencilla para que puedas armonizar la zona de tu garganta y liberar la tensión en este chakra, facilitando tu comunicación. Encontrá un espacio en el cual puedas recostarte y relajar la espalda y la cintura. Esto ayuda a que puedas respirar en forma más profunda y consciente. Tomá respiraciones completas para centrar tu atención en tu cuerpo.
Frotá tus manos entre si para activar su energía y, cuando las sientas tibias, llevalas una a cada lado de tu cuello como si abrazaras la garganta. Envolvé la zona con tus manos y sentí cómo la vas relajando y calmando.
Visualizá todo aquello que quieras dejar ir a través de tu palabra, concentrate en esos sentimientos que necesitás compartir para poder aliviarte. También, podes usar este momento para decretar ser más comprensivo a través de tu comunicación, evitando juzgar o etiquetar a otros y a vos mismo.
Continuá frotando tus manos y volviendo a sanar la zona todas las veces que necesites. Te propongo realizarlo sin interrupciones por un ciclo consecutivo de 21 días.